Normalmente se tolera bien. Al iniciarse la terapia o por una dosificación demasiado alta, puede aparecer entorpecimiento, mareo y somnolencia, cuyos síntomas desaparecen al proseguir el tratamiento o, si es necesario, al disminuir la dosis.
Otros efectos secundarios que se han observado raramente son disminución de la fuerza muscular, ataxia y náuseas.