En los pacientes compensados, la dieta es similar a la de los sujetos sanos, aunque restringiendo algo más las proteínas, pero sin caer en la desnutrición. Por tanto la dieta es similar al paciente sano (dieta compuesta de 65 % hidratos de carbono, grasas 25 % y proteínas 10 %), evitando el exceso de sodio (sal), y el exceso de proteínas animales, ya que estás se degradan por las bacterias del intestino, produciendo el amonio, responsable de los cuadros de encefalopatía hepática.
- Los hidratos de carbono es mejor que sean de liberación lenta (arroz, pasta, frutas) y mejor tomar grasas monosaturadas (aceite de oliva), evitando las de origen animal.
- Es recomendable sustituir la carne roja por blanca, y utilizar lo máximo posible las proteínas de origen vegetal, presentes, sobre todo en legumbres, soja… Las vísceras es mejor eliminarlas.
- Es conveniente restringir también la leche.
- Para que se toleren mejor, es conveniente hacer varias comidas y de menor cantidad.
- Por supuesto, evitar todo tóxico hepático, que en el caso de la alimentación es el alcohol, del que no se debe consumir nada.