Hace dos años, tuve relaciones con una pareja con protección, salvo en el sexo oral. A los pocos días, noté que me salían unos pequeños granitos en el glande y una mancha rojiza, sin relieve, que desapareció a los dos días sola. No obstante, me hice pruebas, unas 3 semanas después del contacto, y di negativo en todo.
Desde entonces, sin embargo, tengo sensación de hormigueo dentro de los testículos, por la parte baja y, a veces, cierto dolor, nada intenso. Al tener relaciones sexuales también noto cierto enrojecimiento de más en el glande. Además, a mi pareja actual le ha salido, hace poco, un herpes en el labio entiendo que se lo he podido pasar yo, pero no sé si puede causar estos síntomas.
No debe preocuparse, ya que por lo que refiere, no parece tener un problema importante. Además, el hecho de haberse realizado pruebas para descartar enfermedades de transmisión sexual, apoyan esta impresión. Además, usted tomo las precauciones debidas, por lo que podemos estar todavía más seguros.
Aunque es difícil afirmarlo con rotundidad, ya que por este medio falta una de las necesidades más básicas para diagnosticar ese tipo de lesión, como es verla en directo y tocarla, por como la describe usted, no concuerda con ninguna enfermedad de transmisión sexual: la sífilis tiene una fase de incubación de unas dos semanas, y luego aparece una lesión elevada dura e indolora, que se ulcera, y desaparece al mes. Por lo tanto, no es su caso.
El herpes genital cursa con vesículas que se ulceran y son muy dolorosas. La gonorrea en forma de gota de pus por la uretra y picor, etc. Sus lesiones concuerdan más con una irritación banal tras una relación sexual. El dolor que refiere, suele ser típico de personas con sentimientos de culpabilidad que les agobian y somatizan esos síntomas, fijándose en pequeñas molestias, que de otra forma pasarían desapercibidas.
Evidentemente, el herpes labial de su pareja no tiene nada que ver, ya que esta infección se encuentra en el 50 % de la población, por lo que no es raro que su pareja la sufra. No debe agobiarse en exceso, ya que por lo que nos refiere, no parece que aquella relación sexual le haya dejado enfermedad alguna.