La debilidad intrínseca se refiere a que cada persona tiene una conformación anatómica que favorece ciertas lesiones y no otras. Por ejemplo las personas con lordosis lumbar exagerada (sobreestiramiento de la columna) tienen un riesgo elevado de padecer dolor lumbar cuando hacen deportes de girar el tronco (golf, tenis, etc.), y las personas con pronación excesiva de los pies (pies zambos) pueden presentar dolor en la rodilla cuando corren distancias largas.
Sin la corrección adecuada en cada caso, el riesgo de lesión crónica es elevado porque en todos los deportes se producen movimientos específicos repetitivos.
El dolor suele desaparecer cuando se abandona la actividad, pero reaparece cada vez que se reanuda por las mismas razones personales.
El pie cavo tiene un arco muy elevado. Mucha gente que parece tener un pie cavo tiene en realidad un arco normal con un tobillo rígido, por lo que la pronación es muy escasa. Estos pies absorben mal los impactos, por lo que aumenta el riesgo de fractura por sobrecarga en los huesos del pie y la pierna.