El deterioro cognitivo puede ser causado por tantos factores no nutricionales que es fácil pasar por alto causas nutricionales potenciales, como deshidratación, desequilibrio del potasio, anemia ferropénica y déficit de muchas de las vitaminas hidrosolubles.
La depresión puede llevar en el anciano a la anorexia, causando una espiral de malnutrición y mayor deterioro cognitivo. Los déficits de folato, vitamina B12, tiamina y vitamina C han sido todos ellos relacionados con la pérdida de la capacidad funcional cognitiva que ocurre en el envejecimiento .
Los niveles disminuidos de vitamina B12 en las personas muy ancianas son frecuentemente secundarios a la malabsorción provocada por una anemia perniciosa o una gastritis atrófica, ambas frecuentes en este grupo de edad. También, por falta de ingesta de frutas y vegetales en la dieta del anciano, se puede producir un déficit de vitamina C, debido a que las reservas de este nutriente son muy limitadas.