Durante la adolescencia se producen unos cambios en la morfología del cuerpo y en los comportamientos cerebrales debidos a la aparición de las hormonas sexuales.
Las hormonas sexuales masculinas se empiezan a producir en los testículos, las femeninas en los ovarios.
Las hormonas influencian a los propios órganos sexuales y también a la masa muscular, la masa ósea, la piel, la laringe (cambios en la voz), y el cerebro mismo.
En la pubertad los testículos comienzan a producir espermatozoides y las hormonas masculinas que son los andrógenos, estos producen un tono de voz más grave, y la aparición del vello generalizado, además del cambio en la distribución de la grasa en el cuerpo dándole un aspecto masculino.
Las hormonas femeninas son los estrógenos y progesterona, se producen en los ovarios y condicionan la aparición de los ciclos menstruales en las mujeres (menarquia), comienza la distribución del vello en áreas típicas de la mujer y el crecimiento de las mamas.
El funcionamiento de las glándulas reproductivas está regulado desde la hipófisis