Las dislalias son los trastornos del habla más frecuentes. Se puede definir como un trastorno en la articulación de los fonemas que se explica por dificultades funcionales de los órganos periféricos del habla (labios, lengua, etc.) Se trata de una dificultad para pronunciar o construir fonemas.
En cuanto a los factores etiológicos, son los siguientes:
Por parte de las alteraciones más frecuentes, son la sustitución, la distorsión, la omisión, la inversión y la inserción. En la sustitución se pronuncia otro fonema; en la distorsión se pronuncia el que es pero de forma distorsionada, un poco diferente a como es en realidad; en la omisión el fonema problemático simplemente no se pronuncia; en la inversión se invierte el orden de los fonemas de una sílaba (por ejemplo, en vez de plástico plástico); y en la inserción se inserta un fonema nuevo (por ejemplo, en vez de tractor, taractor)
En cuanto a las necesidades educativas especiales en niños con dislalias, son las siguientes: mejorar la dinámica respiratoria y de soplo; ejercitar y dominar la motricidad de los órganos periféricos del habla (labios, lengua, velo del paladar, etc.); ejercitar y dominar la discriminación auditiva; adquirir conciencia fonológica y aprender a articular correctamente los fonemas que sustituya, omita, invierta o distorsione.
Por parte de la respuesta educativa, los objetivos que la orientarían dependen de la respuesta educativa y de las dificultades fonéticas y fonológicas. En las fonéticas el objetivo es conseguir una articulación correcta y en las fonológicas es lograr la conciencia fonológica y conseguir la articulación correcta, y en las fonológicas es lograr la consciencia fonológica y conseguir una articulación correcta.
En cuanto al proceso metodológico, es el siguiente: Intervención directa con actividades articulatorias y la intervención indirecta, estableciendo primero las bases funcionales y luego las actividades articulatorias.