La endodoncia o tratamiento de conductos es el procedimiento por el cual se elimina la pulpa afectada de un diente, dañado o muerto y se sellan correctamente. Es birradicular cuando afecta a un diente que tiene dos raices y por ello dos conductos pulpares. La pulpa es la parte profunda del diente y contiene vasos sanguineos y nervios, situandose en la parte central de cada raiz y comunicando el diente con el hueso maxilar.
El diente se decolora, oscureciendose, o aparece dolor ante estímulos frios y calientes. Puede existir el antecedente de un traumatismo en el diente o la realización de una restauración de la que el diente no se recupera. En muchas ocasiones no duele y la lesión cariosa ya ha afectado a la pulpa de manera irreversible.
Una historia y exploración previas, junto a una posición adecuada del paciente y del profesional, el uso de una técnica correcta y unas medidas de asepsia son normas imprescindibles para la realización de una endodoncia. En todos los casos es necesario realizar una radiografía previa.
Tras instaurar la anestesia precisa, se realiza la preparación del campo operatorio y el aislamiento. Se realiza la menor apertura dentaria posible para dejar expuesto los canales radiculares y la pulpa dañada. Se extrae el tejido pulpar y se limpian y ensanchan los canales radiculares con el instrumental y material adecuados. Posteriormente se sella los conductos con un material termoplástico (gutapercha) y cemento. Puede ser necesario realizar radiografías de control en los diferentes pasos. Finalizada la endodoncia el diente esta preparado para ser restaurado. Los dientes endodonciados pueden precisar la colocación de una corona con fines estéticos y funcionales.
A pesar de realizar una correcta endodoncia, el tratamiento puede fracasar ya que es una terapia en la que intervienen múltiples factores, algunos imposibles de controlar. Las complicaciones que pueden surgir son: escalón o reborde, fractura de instrumentos, perforación lateral, perforación apical, fractura vertical, subobturación y sobreobturación. En ocasiones la infección periapical existente puede no desaparecer tras la endodoncia y debe realizarse un tratamiento adicional.
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