La pulpotomía al formocresol es el tratamiento de la pulpa de dientes temporales que presentan caries profunda con retracción pulpar, sin sintomatología clínica ni radiológica o con pulpitis (inflamación) coronaria.
El mantenimiento de los dientes temporales es muy importante para el normal desarrollo de las estructuras orofaciales.
El cambio de coloración de los tejidos blandos, la presencia de abscesos o fístulas, una movilidad aumentada, etc. son signos de una alteración pulpar irreversible.
La pulpotomía con formocresol está indicada en dientes con caries asintomática y retracción pulpar o en pulpitis coronarias sin manifestaciones clínicas ni radiológicas de afectación de las raíces.
Una historia y exploración previas, así como la realización de una radiología son imprescindibles.
La posición adecuada del paciente y del profesional, el uso de una técnica correcta y unas medidas de asepsia son normas fundamentales para el éxito de la pulpotomía.
Tras la anestesia, se limpia la caries y se prepara una cavidad, retirando el techo de la cámara pulpar y eliminando el tejido pulpar.
Se presiona para remitir el sangrado y se coloca el formocresol.
Posteriormente se cubre la cavidad con un cemento con unas gotas de formocresol. Una vez sellada la cavidad se prepara el diente para la colocación de una restauración, generalmente con una corona metálica.
A pesar de realizar una pulpotomía correcta, el tratamiento puede fracasar ya que es una terapia en la que intervienen varios factores, algunos imposibles de controlar.
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