¿Qué otros nombres tiene?
Pérdida de sangre
Sangrado
CIE-10: R58
Una hemorragia se define como una pérdida de sangre por la rotura de los vasos sanguíneos.
Las hemorragias pueden ser internas o externas y suelen implicar un sangrado abundante en poco tiempo.
Cuando, después de una lesión, hay un sangrado o hemorragia, hay que dar todos los pasos necesarios para parar la pérdida de sangre.
Si se pierden cantidades sustanciales de sangre, puede ocurrir pérdida de conciencia, una situación de extrema gravedad que se conoce como colapso o shock, e incluso acaecer la muerte.
Sin embargo, la mayoría de las lesiones sangrantes no tienen riesgo vital, aunque se deben de tomar cuidados apropiados no sólo para parar el sangrado, sino también para evitar la infección y otras complicaciones.
¿Qué tipos de sangrado existen?
Ante todo, es útil distinguir la clase de sangrado.
Existen varias maneras de clasificar las hemorragias.
Según su causa:
- Traumáticas: se puede sangrar por lesiones producidas por un objeto cortante o punzante, por un proyectil de arma de fuego, por un traumatismo contundente como en el caso de recibir golpes o sufrir un accidente automovilístico.
- No traumáticas: Se rompen los vasos sanguíneos por alguna enfermedad o de manera espontánea. Ejemplos de estas hemorragias son los sangrados digestivos (vómitos de sangre, sangre en las heces), ruptura de aneurismas, epistaxis (sangrado por la nariz), hemoptisis (sangre en el esputo), sangrado vaginal.
Según el vaso sanguíneo lesionado. Hay tres clases principales:
- Sangrado capilar: Los capilares son los vasos más pequeños del organismo y también los más numerosos.
Cuando un corte menor abre algún capilar, el sangrado generalmente es muy leve. En pocos minutos el sistema de coagulación del organismo funcionará y parará el sangrado.
- Sangrado venoso: Cuando el sangrado procede de venas lesionadas, se pierde sangre que está en su camino de vuelta al corazón, y que ya ha soltado su carga de oxígeno en las células, por lo que la sangre es de color rojo oscuro y fluye lentamente.
El sangrado venoso se corta, en principio, aplicando presión local.
- Sangrado arterial: Es el menos frecuente, pero el más serio. La sangre que se libera de una arteria es de color rojo brillante y suele salir con mucha fuerza, a menudo en saltos rítmicos que coinciden con las contracciones del corazón.
Si no se trata pronto una lesión sangrante sobre una arteria importante, es posible sangrar hasta la muerte en menos de un minuto.
En la mayoría de los casos, sin embargo, la presión directa y firme sobre la herida parará el sangrado arterial, aunque el proceso siempre requerirá más tiempo que en el sangrado venoso.
Además del obvio flujo de sangre, otros signos y síntomas de que la persona está sufriendo una hemorragia, en muchos casos por problemas en la coagulación de la sangre, son:
- Petequias (lesiones rojas puntiformes en la piel)
- Púrpura (manchas violáceas en piel de 2,5 cm de diámetro)
- Equimosis (manchas más grandes en la piel)
- Hematomas (acumulaciones grandes de sangre)
- Sangrado subconjuntival (se ve una pequeña acumulación de sangre alrededor de la pupila)
- Sangrado de la retina (capa interna del ojo) con o sin pérdida de visión
- Ampollas de sangre, sobre todo en la boca
¿Qué tipos de lesiones pueden producir hemorragia traumática?
Hay dos tipos de lesiones que se presentan frecuentemente con sangrado y que conviene tener en consideración.
Lesiones sobre tejidos blandos
El sangrado puede ocurrir por heridas incisas (tales como cortes, pinchazos), abrasiones (cuando la piel se separa de los tejidos subyacentes), o avulsiones (cuando áreas de la piel son rasgadas violentamente).
Un pequeño corte que sangre escasamente, se trata exclusivamente mediante el lavado de la herida con agua y jabón y aplicando una venda para mantenerla limpia.
Cualquier herida más complicada necesita consultar con su médico o acudir a Urgencias.
Heridas Abdominales
Dada la presencia de numerosos órganos internos vitales, una herida que penetre en la pared abdominal necesita cuidado urgente inmediato. Llamar inmediatamente al teléfono de urgencias o a una ambulancia para trasladar al herido.
Antes de mover a alguien con una herida abdominal, hay que ponerle en posición de decúbito supino, es decir, tumbado sobre su espalda. Si no hay órganos internos que salgan a través de la herida, hay que ejercer presión con un paño estéril sobre la herida sangrante para intentar parar la hemorragia.
Si ya existen órganos desplazados por la herida, no trate de reintegrarlos a su sitio. Cubra la herida con un paño y no aplique más que una presión muy suave para parar el sangrado.
Los traumatismos abdominales también pueden producir un sangrado interno que no es visible, pero puede hacer que la persona pierda rápidamente la conciencia y entre en shock.
¿Qué médico me puede tratar?

Bibliografía
- Compendio de Medicina de Urgencias. Guía terapéutica de bolsillo. 5ª edición (2021). Capítulo 155 - Atención inicial al paciente con traumatismo grave - Valoración de la circulación y control de la hemorragia. Págs. 695 - 699. Elsevier España S.L.U. ISBN: 978-84-1382-014-9 (versión digital).
- Mayo Clinic. Sangrado intenso: primeros auxilios. Oct. 08, 2022. Disponible en: https://www.mayoclinic.org
- Robbins Basic Pathology (10th Ed) 2018, Vinay Kumar, Abul K. Abbas, Jon C. Aster, ISBN: 978-0-323-35317-5, Pag. 100. (Inglés)
- Manual de primeros auxilios (10ª Ed) 2016 - Cruz Roja Española VV.AA, ISBN: 978-84-16407-12-5.
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