Los malos tratos y el abandono de niños hace refetrencia al daño físico o mental, abuso sexual, trato negligente o maltrato de un niño menor de 18 años por parte de una persona que es responsable del bienestar del niño.
Aunque pueda parecer increíble a primera vista, los malos tratos y el abandono de los niños son problemas espantosamente frecuentes en el mundo. La incidencia es difícil de determinar con precisión, pero millones de niños pueden verse implicados cada año.
En términos de frías cifras, el abandono es de 10 a 15 veces más frecuente que los malos tratos. En todas las clases sociales y razas se producen estos incidentes, aunque los niños en situación de pobreza sufren el abandono con una frecuencia 12 veces más alta. 25 % de los casos afectan a niños menores de 2 años. Ambos sexos se afectan por igual. El 20 % de los niños físicamente maltratados quedan lesionados de forma permanente.
Los malos tratos suelen ser causados por el fallo del control de los impulsos del padre o guardián. Se reconocen 4 factores contribuyentes:
El abandono es frecuente entre familias con múltiples problemas y estilos de vida poco organizados. A menudo existe una depresión aguda o crónica, en especial materna. El abuso de drogas o alcohol por uno o ambos padres es un factor predisponente común.
Muy a menudo, el adulto que abusa de un niño se halla biológicamente emparentado o pertenece al estrecho círculo de la familia (incesto). Cuando están implicados niños jóvenes, la agresión es casi siempre sin violencia y repetitiva, y puede estar encubierta por completo por una colaboración confabulada dentro de la familia.
El problema es complicado: Los niños mayores pueden ser amenazados con agresiones físicas por el agresor si "hablan" y, por lo tanto, ocultar ataques repetidos. Es posible que no haya indicaciones físicas de lesión y que el comportamiento del niño (irritabilidad, apocamiento, insomnio u otros problemas de conducta) sea la única clave.
Los médicos están obligados por la ley a comunicar los incidentes en que puedan sospecharse malos tratos o abandono en cualquier niño que examinen o traten. Los informes suelen efectuarse a una agencia específicamente destinada a la protección del niño.
El seguimiento es complejo. Las familias de los niños maltratados o abandonados cambian de domicilio con frecuencia, lo cual hace muy difícil la continuidad de la asistencia para médicos y educadores. Con frecuencia no acuden a las citas y pueden ser necesarias las visitas a domicilio por un asistente social.
Si el marco del propio hogar entraña riesgo elevado para la salud del niño, si la víctima de malos tratos tiene < 1 año o si el trabajo con la familia no progresa, puede estar indicada la separación temporal, o incluso definitiva.
El conocimiento de las circunstancias que pueden provocar los malos tratos y el abandono de los niños ayuda a identificar a ciertas familias expuestas a riesgo en la comunidad. Estar alerta frente a estas situaciones clave y ser capaz de brindar apoyo puede permitir evitar acontecimientos trágicos.
Las guarderías para niños pequeños pueden aliviar a una madre con estrés, permitiéndole disponer para sí misma de unas cuantas horas diarias.
En algunas comunidades se han desarrollado programas de ayuda a los padres, utilizando gente no profesional preparada para relacionarse estrechamente con los padres agresores o negligentes.