Descarga uretral

¿Qué es la descarga uretral?

La descarga uretral es la expulsión anormal de líquido (pus, moco o secreción) a través de la uretra en hombres o, menos comúnmente, en mujeres.

La uretra es el conducto encargado de llevar la orina desde la vejiga al exterior.

La descarga uretral en hombres es, por tanto, una secreción anómala que sale por la uretra a consecuencia generalmente de una infección, aunque en algunos casos puede ser fluido prostático normal.

¿Cómo puede clasificarse en función de sus causas?

La descarga uretral en función de sus causas puede clasificarse en:

• Infecciosa: Las causas comunes de descarga uretral son las infecciones de transmisión sexual (como la gonorrea o la clamidia), infecciones bacterianas o incluso inflamaciones de la próstata (prostatitis) o de la uretra (uretritis).
• No infecciosa: La descarga uretral no infecciosa es una situación rara pero desconcertante que puede ocurrir en el hombre cuando la actividad sexual cesa de repente. A veces, debido a alguna enfermedad de su pareja o por alguna otra razón, el hombre sufre una descarga uretral no infecciosa y puede observar manchas en el calzoncillo si la descarga uretral ocurre a la vez que los movimientos intestinales. La descarga es simplemente fluido prostático normal. Debe cesar cuando sus hábitos sexuales vuelvan a la normalidad.

¿Cuál es el tratamiento recomendado para la descarga uretral?

El tratamiento depende de la causa subyacente:

• Si es de origen infeccioso (la más común):
  • Se administran antibióticos específicos dependiendo de la bacteria responsable. ceftriaxona y azitromicina para la gonorrea, doxiciclina o azitromicina para la clamidia, etc.
  • Es importante tratar también a la pareja sexual para evitar reinfecciones.
  • Se recomienda evitar relaciones sexuales hasta completar el tratamiento.
• Si es de origen no infeccioso:
  • Generalmente, no requiere tratamiento médico.
  • Puede recomendarse el retorno progresivo a la actividad sexual habitual, lo cual suele resolver el problema.
  • En casos persistentes o con dudas diagnósticas, puede realizarse una evaluación urológica o estudios complementarios (cultivos, pruebas de ETS, ecografías).