La uretritis es la inflamación de la uretra que se manifiesta con irritación e hinchazón de la misma.
La uretra es el conducto por el que discurre la orina desde la vejiga hacia el exterior.
La uretritis puede aparecer tanto en mujeres u hombres y durar semanas o meses.
La uretritis se puede clasificar según sus causas en:
Casi todos los organismos que ocasionan las enfermedades de transmisión sexual (ETS) pueden causar uretritis (como la gonorrea, la clamidiasis, etc.).
Se denomina síndrome uretral cuando no existen evidencias de que la uretritis esté causada por una infección de bacterias o virus.
Los principales síntomas de la uretritis son:
Para el diagnóstico de la enfermedad, sería recomendable realizar las siguientes pruebas diagnósticas:
Si hay evidencia de infección, se prescriben antibióticos (ceftriaxona, doxiciclina, azitromicina) y, después de haber tomado la pauta completa de la medicación, se hacen unos cultivos seriados para confirmar su eficacia.
Cuando la uretritis, tras el tratamiento con antibióticos, no remite al cabo de 6 semanas se denomina uretritis crónica.
A las mujeres que han presentado episodios repetidos de uretritis o cistitis puede prescribírseles una dosis de antiséptico postcoital (tomada poco tiempo antes o después de la relación sexual).
A las personas con síndrome uretral (síntomas sin la evidencia de infección) se les puede prescribir fenazopiridina para disminuir el malestar al orinar.
En la mayoría de casos, es posible identificar el agente causante, e iniciar el tratamiento apropiado con un buen pronóstico.
Es de gran ayuda beber mucha agua.
Las mujeres con infecciones del tracto urinario asociadas a la relación sexual (los síntomas aparecen dentro de las 24 horas posteriores a la relación) deberían orinar justo después de ésta.
También es importante mantener una buena higiene, tanto por parte de la persona afectada como por la de su pareja. La buena higiene es aquélla adecuada, ni excesiva ni deficiente, y se debe llevar a cabo con jabones adecuados para la zona genital, no excesivamente agresivos.
Las prácticas de sexo seguro pueden disminuir el riesgo de adquirir enfermedades de transmisión sexual (ETS) relacionadas con la uretritis.
Tan pronto aparecen los síntomas es importante obtener la atención adecuada, con el fin de evitar el daño estructural que puede ocasionar en los tejidos una inflamación persistente o el rascado.
Una infección prolongada, sin tratamiento puede progresar y derivar en una pielonefritis (infección del riñón) o producir un daño estructural en el tracto urinario.
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