La prostatitis es la inflamación de la glándula prostática (próstata), órgano del sistema reproductivo masculino que se encuentra situado debajo de la vejiga.
La próstata es una glándula del tamaño de una castaña cuya principal función es la producción de líquido prostático. Este líquido se mezcla junto con los espermatozoides y otros fluidos para formar el semen.
La causa más frecuente de la prostatitis es debida a una infección bacteriana (prostatitis bacteriana), pero en ocasiones puede ser secundaria a enfermedades de transmisión sexual (gonorrea, clamidia y tricomonas).
En otras ocasiones la prostatitis es secundaria a otras causas (incluidas actuaciones médicas) como:
La prostatitis se puede clasificar en:
Los síntomas iniciales de la prostatitis aguda son:
Si el cuadro persiste la glándula aumenta de tamaño y comienza a obstruir la salida de orina con reducción y dificultad de la micción. Como la zona está afectada suele haber también dolor al eyacular o al defecar.
En ocasiones si la prostatitis es debida a infecciones de transmisión sexual se suele acompañar de epididimitis y orquitis (inflamación de los testículos).
Por ello, pueden presentarse otros síntomas acompañantes como:
La prostatitis es una enfermedad bastante frecuente, ya que puede afectar a más de 1 de cada 10.000 personas que acuden al médico.
Suele afectar principalmente a varones mayores de 35 años.
Las personas que padecen hipertrofia benigna de próstata, que suele afectar a personas mayores, tienen un mayor riesgo de padecer de prostatitis.
La historia inicial, con síntomas compatibles de prostatitis, orientarán hacia el diagnóstico. Su médico le hará una exploración de la próstata, mediante un tacto rectal, para detectar si la próstata se encuentra inflamada, dura, caliente, sensible, y evaluar el tamaño y la posible presencia de dolor e inflamación de los ganglios linfáticos inguinales. También se realiza una exploración de los testículos para evaluar la sensibilidad, el posible edema del escroto y las secreciones uretrales.
Posteriormente, se realizará un completo estudio de la orina con la recogida de tres muestras:
La muestra de orina si existe prostatitis aparecerá con abundantes leucocitos (leucocituria) y presencia de bacterias, que se pueden cultivar y hacer un antibiograma para saber su sensibilidad a los antibióticos.
Cuando hay una prostatitis puede ocurrir que se alteren los resultados de otros análisis como puede ser el PSA para detección de cáncer de próstata o los estudios del semen en esterilidad.
El tratamiento de la prostatitis es a base de antibióticos adecuados a la bacteria encontrada como causante de la inflamación.
Los antibióticos más utilizados son:
El tratamiento suele durar 4 semanas. En casos rebeldes se prolonga el tratamiento hasta 8 semanas.
Si la prostatitis es secundaria a enfermedad de transmisión sexual se suele aplicar una pauta de una monodosis de ceftriaxona y luego 10 días de doxiciclina o de una quinolona.
El tratamiento es eficaz pero la recurrencia es bastante frecuente en las mismas personas una vez que han tenido una prostatitis aguda. Para mejorar el dolor perineal (entre el pubis y el ano) puede ser útil los baños de asiento con agua templada.
Además, se recomienda beber abundante agua y zumos de frutas.
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