El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) es un problema psiquiátrico que afecta a la capacidad para regular la actividad, la impulsividad y la atención.
Los niños con déficit de atención por hiperactividad no atienden en clase, se mueven sin parar, incordian, interrumpen. No son capaces de planificar y cualquier estímulo distrae su atención, como el simple vuelo de una mosca. Son niños que hacen lo primero que se les ocurre sin pensar en las consecuencias, por eso suelen tener muchos accidentes. No progresan adecuadamente en el medio escolar, lo que provoca una sensación de fracaso continuo. Tienen pocos amigos, no les invitan a fiestas, se pelean con otros niños y se van recluyendo poco a poco. No son menos inteligentes que el resto, simplemente su cerebro no trabaja como debería.
Hasta hace poco se achacaba a problemas de ambiente familiar o vagancia del niño. Pero lo cierto es que este trastorno no se produce por desacuerdos familiares, ni siquiera por separación, divorcio o nacimiento de un hermano menor. Tampoco por que los padres se pasen el día fuera de casa, ni por cambiar de colegio. La verdadera etiología del trastorno es de origen biológico, se trata de una disminución de la actividad de una zona del cerebro que es la que se ocupa de planificar y controlar la impulsividad. Esta disfunción puede heredarse genéticamente (75% de los casos), o provocarse en caso de madre fumadora o bebedora durante el embarazo o bien en caso de bajo peso al nacer.
El medicamento que se le suele administrar a estos niños es el Ribufren (Metilfenidato), un estimulante que disminuye la hiperactividad, mejora la atención, y controla la impulsividad. Tiene leves efectos secundarios como disminución del apetito y retraso del sueño. Sin embargo es preciso complementar el tratamiento con ayuda psicológica, sobretodo de los padres para que aprendan la mejor forma de tratar a estos niños. También es precisa la intervención en el colegio ya que a pesar de que su inteligencia sea normal, es necesario darles instrucciones de otra manera.
Deben buscar un especialista. Mientras tanto en casa han de definir reglas claras (no vale con "ser ordenado" sino "recoge esos juguetes"), ayudarle a terminar las tareas, aumentar el orden en casa, establecer rutinas, eliminar ruidos, motivar al niño y aumentar la disciplina.
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