¿Qué es el trastorno del espectro autista?
El Trastorno del Espectro Autista (TEA), es un trastorno del neurodesarrollo y que se considera actualmente como un grupo de afecciones que están caracterizadas en algún grado de alteración a nivel de comportamiento social, comunicación, lenguaje. Se manifiestan repertorios de intereses y actividad que son restringidos, estereotipados y repetitivos.
Anteriormente, se les llamaba trastornos generalizados del desarrollo y se subdividían en diversas categorías como Autismo, Asperger, Autismo Atípico, entre otros, pero desde el 2013 el DSM–V que es el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, optó por incluir todos estos diagnósticos en una sola categoría.
Por ello, dentro del diagnóstico de TEA, desde el DSM-V se solicita que se indique el nivel de gravedad en base a los deterioros que existan a nivel de comunicación social y en los patrones de comportamiento restringidos y repetitivos.
Además, se solicita poder especificar si el TEA se presenta:
- Con o sin déficit intelectual acompañante
- Con o sin deterioro del lenguaje acompañante
- Asociado a una afección médica o genética, o a un factor ambiental conocidos
- Asociado a otro trastorno del desarrollo neurológico, mental o del comportamiento
- Con catatonía
¿Qué características presenta?
El diagnóstico de TEA comienza a manifestarse por lo general dentro de los primeros cinco años de vida y se mantiene durante el resto de ésta.
Cabe señalar que, de manera frecuente, en algunos casos, las personas podrían presentar algunas comorbilidades con otros trastornos como la depresión, la ansiedad, el déficit de atención e hiperactividad o epilepsia.
Respecto al ámbito cognitivo, cabe señalar que puede haber variaciones importantes de persona a persona y pueden ir desde un deterioro profundo hasta personas con altas aptitudes cognitivas.
¿Cuál es la prevalencia de la enfermedad?
Desde la OMS (Organización Mundial de la Salud), se ha calculado que 1 de cada 160 niños o niñas pudiera presentar un diagnóstico de TEA, pero pese a eso, se ve una diferencia importante entre los diversos estudios por países y, en países de menores recursos, no se cuenta con un apropiado cálculo estadístico respecto a cuantos niños y niñas pudieran presentar el diagnóstico.
Sin embargo, las investigaciones coinciden en un aumento sostenido en la aparición de este diagnóstico en niños y niñas, lo cual pudiera explicarse desde la mayor visibilización que se ha dado al TEA y la disminución de su estigmatización lo que ha permitido una mayor especialización en profesionales y la aparición de test que pueden apoyar el diagnóstico que es netamente clínico pues no existe actualmente algún indicador biológico que permita evidenciar este trastorno por sí mismo.
Algunas investigaciones señalan que actualmente se podría hablar de que entre un 1–2 % de los niños o niñas en el mundo pudieran presentar el diagnóstico de TEA.
¿Cuáles son las causas?
Actualmente no existe una claridad respecto a las causas de este diagnóstico. Según las últimas investigaciones pareciera ser multifactorial, considerando aspectos biológicos, de neurodesarrollo y ambientales, entre otros.
¿Cuál es el tratamiento recomendado?
El tratamiento debe considerarse siempre de manera multidisciplinaria y dependerá de la edad de la persona diagnosticada con TEA y de su gravedad, por lo que no se puede generalizar a todo el mundo.
Actualmente existen diversos tipos de terapia dentro de las distintas especialidades entre las que podemos encontrar:
- Terapias farmacológicas: dentro de las prescripciones más comunes se encuentran antipsicóticos atípicos, los estimulantes, los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) y los antiepilépticos. En general, se intenta, en los casos posibles, que los medicamentos sean facilitadores para que otros tipos de terapia puedan funcionar y con ello luego disminuir la carga de medicamentos.
- Intervenciones psicoeducativas: dependiendo del caso se utilizan diversas técnicas psicoterapéuticas orientadas en gran parte de los casos a potenciar habilidades comunicativas, a visualizar las propias emociones y cómo comunicarlas, se apoya en la adquisición de habilidades de socialización o potenciación de habilidades neurocognitivas.
- Intervenciones conductuales: la que más destaca en la actualidad es la técnica ABA (Applied Behaviour Analysis por sus siglas en inglés). Se utilizan refuerzos positivos para eliminar ciertas conductas que pudieran tener alguna calificación negativa en el niño o niña. También implica entrenar a los padres en manejo conductual.
- Intervenciones evolutivas: estas técnicas se utilizan en post de adquirir habilidades para la vida diaria y mejorar en las habilidades sociales para lograr una mayor independencia. Una de las técnicas que destaca es la RT (Responsive Teaching por sus siglas en inglés) y se enfoca en que sean los padres quienes puedan aplicarla enfocándose en tres áreas a fortalecer: área cognitiva, socioemocional y comunicativa.
Dr. Ignacio Antépara Ercoreca
Especialista en Alergología por la Universidad de Navarra y licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco.
Autor originalKarla Andrea Donoso Bascur
Licenciada en Psicología, Escuela de Psicología, Facultad de Humanidades, Universidad de Santiago de Chile.
Revisor clínico