La medusa es un animal marino de cuerpo gelatinoso y grandes tentáculos que suele habitar en colonias en zonas de aguas tranquilas y poco profundas.
Las medusas realmente ni pican ni muerden. Son los tentáculos que poseen los que al tocar la piel de las personas provocan las heridas y el dolor.
Dichos tentáculos poseen unas células urticantes llamadas cnidocitos que segregan un líquido venenoso. La reacción por la inoculación del veneno variará según la susceptibilidad de la persona y el tipo de medusa.
Los síntomas más comunes suelen leves ser aunque bastante molestos. Se presenta:
Esta reacción local puede venir acompañada de otros síntomas generales como:
Algunas picaduras pueden ocasionar síntomas más graves en personas concretas y llevarles a un estado de shock. En estos casos, es necesario acudir urgentemente a un centro sanitario.
Hay que tener en cuenta que al picar por primera vez la reacción será menor, pero si se repiten en el tiempo, al sensibilizarse el paciente, las siguientes picaduras pueden ser de intensidad mayor.
Una medida de protección básica es evitar bañarse cuando haya plaga de ellas, e informarse de que tipo de medusa son. Si los socorristas informan de que el tipo predominante es peligroso, es mejor no bañarse, ni tan siquiera con trajes de protección. Si la especie es menor, se puede practicar el baño protegido con trajes de neopreno, pero teniendo en cuenta que la cara estará desprotegida.
Lo primero que hay que hacer es lavar la zona afectada con agua salada para disminuir el dolor.
A continuación, aplicar jabón de afeitar, harina o levadura y luego raspar la herida. También es efectivo poner una bolsa de hielo cubierta con un trapo en la zona durante 10 o 15 minutos o una solución de bicarbonato de sodio disuelto en agua.
Durante los días posteriores y si las molestias persisten es recomendable:
Lo que nunca se debe hacer es: