¿Qué es la pubalgia?
La pubalgia es un dolor localizado a nivel del pubis, con irradiación hacia zonas cercanas de las ingles o del bajo abdomen. También se denomina osteopatía del pubis.
Es una dolencia muy frecuente en deportistas sobre todo en deportes como el hockey, futbol, rugby o futbol americano en las que los deportistas se inclinan hacia adelante.
¿Cuáles son los síntomas de la pubalgia?
El síntoma predominante de la pubalgia es el dolor en la ingle que se puede intensificar al toser o estornudar.
Los síntomas pueden diferir entre unos deportistas y otros y se caracteriza por dolor en distintos niveles de la cintura pélvica en relación con la práctica deportiva y dolor a nivel de la región inguinal (pubalgia baja).
En otras ocasiones el dolor afecta al anillo inguinal (pubalgia alta) pudiendo aparecer molestias a los dos niveles en incluso a nivel lumbar.
Clásicamente se describen cuatro grados o estadios evolutivos:
- El dolor aparece después de un partido o entrenamiento, o después de ejercicio intenso.
- El dolor aparece durante el partido /ejercicio.
- El dolor aparece al comenzar la actividad física e impide la realización de la misma.
- El dolor se desencadena en reposo o a mínimos movimientos.
La gravedad de la lesión va desde el estadio 1 al 4.
¿Cómo puedo prevenirme?
Los ejercicios de fortalecimiento de aductores y abdominales son la mejor prevención, aunque si los primeros están menos desarrollados conviene que se le dedique más tiempo.
De la misma forma deben realizarse los estiramientos correspondientes.
¿Cuál es el tratamiento recomendado?
Si se han comenzado a observar síntomas que no remiten se pasaría a aplicar el tratamiento de la osteopatía en fase incipiente, que consiste en un reposo de una o dos semanas con relajantes musculares, electroterapia a dosis antiinflamatorias y masaje transversal de la zona, descargando antes los músculos cercanos.
No es aconsejable el amasado digital sobre la lesión. Si todo esto no es suficiente se recurrirá a las infiltraciones, empezando con orgoteína y solo en último extremo emplear corticoides.
En cuanto se note mejoría se debe comenzar un programa de ejercicios para rehabilitar la zona, y paulatinamente y bajo estricto control médico reiniciar la actividad deportiva, teniendo la precaución de evitar cambios bruscos de dirección.
Si se ha llegado a una fase crónica deberá pasarse por el quirófano, donde le descargarán los músculos aductores (aductor largo y recto interno) con desinserción y le realizarán unas perforaciones en el hueso, todo ello con la intención de igualar las fuerzas del recto anterior del abdomen con la de los aductores, aliviando así la excesiva presión que sobre el pubis ejercían estos últimos músculos.
Aunque parezca complicada, la operación tiene buen pronóstico y a la vuelta de un mes y medio, tras la correspondiente rehabilitación, el problema quede solucionado para hacer deporte normalmente.
Dr. José Antonio Zumalacárregui
Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria y licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco.
Autor originalDr. Jorge Valenzuela Flores
Especialista en Ortopedia y Traumatología y licenciado en medicina por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (TEC).
Revisor clínico