Los soplos cardiacos son ruidos diferentes a los normales que se producen cuando alguna estructura del corazón produce flujos diferentes a los habituales de la sangre a su paso por las válvulas cardiacas. Estos flujos en vez de ser laminares son turbulentos y producen estos soplos silbantes o susurrantes.
El médico mediante la auscultación puede diferenciarlos con el fonendoscopio al ver ruidos extraños o fuera de lugar de los normales. Luego se puede confirmar y evaluar mediante un control ecográfico.
Los ruidos cardíacos normales se producen cuando se cierran o abren las válvulas que unen o separan dependiendo su situación de abiertas o cerradas las aurículas con los ventrículos. En general tanto las válvulas derechas como las derechas se cierran a la vez y por ello solo existen dos ruidos cardiacos la apertura y cierre de estas válvulas. A veces cuando el corazón por alguna razón tiene una de las cavidades hipertrofiada o grande se retrasa su cierre y aparecen ruidos desdoblados.
Pero los soplos aparecen cuando las válvulas no se cierran del todo, entonces la sangre regurgita o cuando la válvula es muy estrecha y la sangre le cuesta entrar en el ventrículo. Un ejemplo del primer caso sería una insuficiencia de válvula mitral y en el otro la estenosis de la válvula aórtica.
Los soplos puede tener una importancia variable, se clasifican por su intensidad del 1 al 6, y luego se describen en que orden aparecen si antes del primer ruido, detrás o junto a ellos.
Los soplos cardiacos pueden aparecer en caso de estrechez o de insuficiencia de cualquiera de las válvulas del corazón.
En los niños y recién nacidos pueden darse por problemas asociados de una malformación cardiaca:
Muy generalmente es una inmadurez de las válvulas, y en este caso son transitorios y funcionales. Ceden con el crecimiento.