
¿Qué deberíamos saber?
El trasplante de corazón es un procedimiento quirúrgico en el cual se reemplaza un corazón enfermo o dañado por uno sano proveniente de un donante.
Esta técnica se realiza con éxito desde la década de 1980 y, desde entonces, ha avanzado considerablemente, convirtiéndose en un tratamiento estándar en numerosos hospitales alrededor del mundo.
¿Quiénes son candidatos a un trasplante de corazón?
El trasplante no es una solución para todos los problemas de corazón, evidentemente.
De hecho, sólo puede llevarse a cabo en un muy pequeño número de pacientes que tengan menos de 55-60 años, con algunas enfermedades cardíacas muy determinadas que limiten drásticamente su esperanza de vida, a no más de 2 o 3 años, que tengan todos los otros órganos vitales en excelente estado (particularmente los riñones, el hígado y los pulmones), que sean muy estables emocionalmente y que tengan una familia muy colaboradora.
Las indicaciones y limitaciones para realizar un trasplante cardiaco varían dependiendo de los adelantos tecnológicos.
En la actualidad los pacientes en los que se considera que el avance de la enfermedad del corazón hace que un trasplante cardiaco sea la mejor opción son aquellos que sufren de insuficiencia cardiaca (fallo cardiaco) con síntomas muy severos, choque cardiogénico o arritmias ventriculares persistentes que no responden a ningún otro tratamiento.
En niños se incluyen las malformaciones congénitas del corazón que no mejoran su función después de la cirugía correctiva.
La indicación de realizar un trasplante cardiaco, su preparación, realización y seguimiento está a cargo de un grupo grande de profesionales que incluye, entre otros: cardiólogos especializados en fallo cardiaco, cirujanos cardiacos, enfermeros especializados en trasplantes, médicos infectólogos especializados en trasplantes, farmacéuticos especializados en trasplantes, inmunólogos, expertos en salud mental, trabajadores sociales, nutricionistas, terapeutas físicos, terapeutas ocupacionales, etc.
¿Qué procedimiento se seguirá durante un trasplante de corazón?
Se trata de encontrar primero un corazón donante, que generalmente procederá de una persona saludable muerta en accidente, sin lesiones que afecten al corazón.
Dicho corazón donante se transporta en una solución especial con toda la celeridad posible hasta el paciente receptor, cuya cavidad torácica ya estará abierta y sin el corazón enfermo. El nuevo órgano se pone en el sitio de aquel.
El trasplante, como toda cirugía mayor del corazón, se hace bajo anestesia general, y la intervención suele durar varias horas, durante parte de las cuales, la función del corazón y los pulmones debe ser asumida por una máquina de circulación extracorpórea.
¿Qué ocurre si el paciente rechaza el trasplante de corazón?
En muchos transplantes de órganos, ocurre que el sistema inmune del receptor reconoce el tejido transplantado como extraño o ajeno a sí mismo, y produce anticuerpos para atacar al "invasor". Por ello, después de los transplantes de órganos hay que tomar medicamentos que suprimen la respuesta inmune normal (inmunosupresores), y algunos de ellos de por vida. Dado que disminuyen la capacidad del organismo de reconocer y resistir infecciones, debe ajustarse la dosis individual con sumo cuidado.
¿Cómo es la recuperación tras el trasplante de corazón?
Cuando un trasplante de corazón tiene éxito, la mayoría de los receptores se recuperan hasta llevar una vida relativamente normal. Un 80 % de ellos vive activamente al cabo de un año, y algunos receptores han vivido más de una década después del trasplante.
De cualquier modo, el procedimiento es complicado, y para que tenga éxito requiere un equipo muy bien organizado de especialistas en trasplantes y un paciente motivado.
En casi todos los casos, hay que seguir viendo a los miembros del equipo de trasplantes de por vida, para el ajuste cuidadoso de las dosis individuales de medicamentos, el tratamiento de las complicaciones e, incluso, la realización de biopsias de corazón para vigilar la posibilidad de un rechazo.
Los principales aspectos sobre los que se hace un seguimiento estrecho luego de un trasplante de corazón son: estilo de vida (alimentación, ejercicio, vida sexual), estado emocional (es más fácil sufrir de depresión después de cualquier trasplante), control de enfermedades crónicas (diabetes mellitus, hipertensión arterial, dislipidemias, etc.), monitoreo continuo de nuevas arritmias cardiacas y prevención de la osteoporosis que puede generar fracturas de las vértebras y otros huesos.
Por todo ello, el trasplante de corazón sólo es una solución en los casos en los que es la única esperanza de vida y en los que haya probabilidades reales de éxito.



Dr. Ignacio Antépara Ercoreca
Especialista en Alergología por la Universidad de Navarra y licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco.
Autor originalDra. Yolanda Patricia Gómez González
Especialista en Medicina general y licenciada en medicina por la universidad nacional de Colombia.
Revisor clínico