El trastorno de aversión al sexo es un tipo de disfunción sexual que consiste en la aversión (repulsión, aborrecimiento) persistente o recurrente y la evitación de cualquier contacto sexual genital con la pareja.
Este trastorno difiere de otras disfunciones sexuales debido a que genera gran malestar, ansiedad y angustia ante la posibilidad de mantener relaciones sexuales, por lo que el nivel de impacto es incluso previo a las relaciones íntimas.
La alteración provoca malestar en la persona que lo padece y también dificultades en las relaciones interpersonales ya que muchas veces se podría rechazar incluso el tener una pareja para no enfrentarse a la posibilidad de mantener relaciones sexuales con ella.
El trastorno de aversión sexual se da mayoritariamente en mujeres y ocasionalmente en hombres.
Puede ser un trastorno:
También se puede clasificar como:
Si es primaria (de por vida), la aversión al contacto sexual puede deberse a:
Cuando se trata de un trastorno secundario o de tipo adquirido, con posterioridad a un período de funcionamiento sin dificultades en las relaciones sexuales, la causa puede tener que ver con algún evento traumático, con alguna situación particular con alguna pareja.
El trastorno de aversión al sexo está en ocasiones asociado con el vaginismo (contracción involuntaria de los músculos de la vagina a la penetración).
La aversión puede generar síntomas como:
Debido a que en gran parte las causas pudieran tener que ver con experiencias traumáticas y/o con un mal acercamiento educativo a lo que significa el sexo, se recomiendan terapias psicológicas cognitivo-conductuales que tienen como foco poder modificar las ideas irracionales que emergen de este tipo de experiencias previas.
Otras técnicas que se utilizan pudieran ser la desensibilización sistemática, que consiste en ir generando una aproximación poco a poco hacia el estímulo que genera la aversión, en este caso el contacto genital y/o las relaciones sexuales en sí mismas.
Otro tipo de psicoterapias también podrían ser útiles dependiendo de la causa, por ejemplo si fuera una experiencia traumática por una agresión sexual, se sugiere poder realizar un tratamiento con especialistas del área.
A nivel farmacológico, se pueden tratar los síntomas que surgen a propósito de la disfunción y que generan alto nivel de malestar, pero no se enfocan en la causa pues normalmente no es biológica. Para ello se pudieran utilizar:
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