¿Qué deberíamos saber?
La luz del Sol está compuesta por un espectro continuo de radiaciones electromagnéticas cuya longitud de onda de desde menos de 10 nm hasta 1.500 nm. Por debajo de los 10 nm se consideran los rayos cósmicos, rayos gamma y rayos X. A partir de los 10 nm y hasta los 400 nm se incluyen los diferentes tipos de rayos ultravioleta A,B y C, entre los 400 y 780 nm se incluye la luz visible y a partir de los 780 y hasta los 1.500 nm se incluye la radiación infrarroja.
La luz en relación con los cuerpos que la reciben puede comportarse de tres maneras: puede ser reflejada, transmitida o absorbida a través del cuerpo sobre el que incide. Sólo la luz absorbida desarrollará su energía y tendrá, por tanto, algún efecto fotobiológico.
Estos efectos se realizan sobre un cromóforo que es una molécula capaz de absorber la luz.
Nuestra atmósfera está formada por dos capas concéntricas de aire: la inmediata a la Tierra denominada Troposfera, con un espesor de unos 15.000 metros y por fuera de ella, envolviéndola, la Estratosfera desde los 15.000 metros hasta los 50.000 metros. La Estratosfera realiza la función fundamental de filtro, absorbiendo casi la totalidad de la UVC e incluso parte de las radiaciones de menor longitud de onda de la UVB, pero sin acción alguna sobre la UVA. El cromóforo principal para ello es el sistema oxígeno-ozono.
La llamada capa de ozono no es una verdadera capa ya que el ozono está disperso en la inmensidad de la estratosfera en proporciones muy pequeñas, 10 partes por millón, sujeto además a formarse y descomponerse continuamente.
Desde la década de 1970 se empieza a detectar una reducción de las proporciones del ozono estratosférico, sobre todo en el Antártico. Tales reducciones no se explicarían solo por los ciclos naturales y se encontró que entre las posibles causas podría ser por la acción de los compuestos halogenados vertidos en la atmósfera correspondientes al grupo de los clorofluorocarbonados, cadenas cortas de carbono conteniendo cloro y flúor. El cloro destruye el ozono en una reacción catalítica en la que aquél no se gasta. A esto se añade que los clorofluocarbonados son muy estables, con una vida media de 75 a 120 años, con lo que un solo radical cloro en la estratosfera es capaz de destruir 100.000 moléculas de ozono.
Actualmente la industria ha efectuado una reducción drástica de estos compuestos utilizados como propelentes de sprays y refrigeración, sustituyéndolos por otros gases. Las consecuencias de una teórica desaparición del ozono serían catastróficas para la vida en la Tierra, pero hay que advertir varios atenuantes: una desaparición total del ozono no es fácil, puesto que su fuente es el oxígeno; aunque hubiera reducciones importantes de ozono, quedaría un mínimo que podría ser suficiente para filtrar la UVC, aunque sí podría aumentar la proporción de UVB de cortas longitudes de onda, con lo que la agresividad de la luz del Sol sería mayor. Los efectos de la pérdida de ozono no están suficientemente claros, no podemos saber si la composición de la luz que nos llega es diferente de la de hace cincuenta o más años ya que no estaba medida. El problema se aclarará en los próximos años.
La luz solar produce rayos infrarrojos (calor), luz visible (colores), ultravioletas (UVA, UVB) que producen el bronceado y los cambios celulares que predisponen al cáncer. Esta radiación es mayor entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde. A estas horas el nivel de radiaciones UV es mayor y más agresivo y cancerígeno. Por ello deberíamos tomar el sol fuera de estas horas.
El bronceado es un mecanismo de defensa de la piel, ya que ejerce un efecto de filtro de rayos UV. La exposición al sol en pieles normales se debe realizar aumentando 10 minutos de exposición cada día, desde el primero que no debe exceder los 15 minutos, evitando las horas del mediodía. A los 10 días la piel estará preparada para soportar el sol sin problemas excepto los de acumulo de radiación solar (importantes para prevenir el cáncer de piel).
Se debe tener en cuenta que tipo de piel tiene cada uno, los pelirrojos y rubios tiene muy poca capacidad de tolerar la radiación solar, los castaños pueden considerarse normales, y los de piel oscura toleran mayor velocidad en la toma de sol.
Los factores de protección solar únicamente ofrecen un incremento en el tiempo de tolerancia a los rayos solares (especialmente por rayos UVB), pero de hecho pueden permitir llevar una vida normal.
Se demuestran inútiles en espectros de acción amplios y para filtrar rayos UVA y luz visible (excepto los filtros de pantalla física total a base de dióxido de titanio. Los factores de protección deben aplicarse 30-45 minutos antes de iniciarse la exposición al sol, siendo eliminados por el sudor y el agua.
Los índices de protección son el factor por el que se debe multiplicar para saber cuanto tiempo nos protege, ejemplo: Un factor de protección 20 permite exponerse al sol 20 minutos como si fuera solo 1 minuto. El filtro 50 permite 50 minutos como si fuera 1. Podremos encontrar filtros desde factor 2 hasta factor 50 o más que se llaman totales o pantallas.
Se debe tener en cuenta que el agua aumenta al menos un 10% los rayos absorbidos, hace un efecto lupa, además de que barre el efecto de los protectores solares.
Además que las nubes filtran los rayos infrarrojos y los de luz visible pero no los UV, por ello el efecto aparente de protección es un enemigo, no hace calor así que ... y no es así. Las superficies claras, arena, nieve son muy reflectantes y aumentan la radiación solar, cuidado.
Los cosméticos con perfumes producen manchas solares por el efecto fototóxico, el sol debe de tomarse con la piel limpia y con filtros protectores, nada más. Las mujeres que toman la píldora anticonceptiva deben tener mayor cuidado con el sol ya que es un medicamento llamado fototóxico, es decir que produce mayor absorción de la radiación solar y solo por zonas lo que produce el cloasma o las manchas de café con leche, muy mal toleradas estéticamente.
Los rayos UVA (máquinas de bronceado), se consideraban menos agresivos que los rayos UVB, pero tiene un riesgo suficiente para ser cancerígeno, son acumulativos sus efectos además de su efecto de envejecimiento cutáneo. Cuanto menos mejor …
¿Qué peligros tiene tomar el sol?
Los peligros de tomar el sol en exceso son, en su conjunto
- La insolación que es una deshidratación con fiebre malestar y peligro de la vida, causada por los rayos infrarrojos.
- La quemadura solar producida por los rayos UVB.
- El envejecimiento de la piel, producido por casi todos los rayos.
- Las lucitis o dermatitis de la piel producidas por el sol. (Urticaria y otros exantemas)
- El cáncer de piel.
Las reacciones de fotosensibilidad ó lucitis son aquellos cuadros clínicos producidos, desencadenados o agravados por la exposición a la luz. Para excluir los cuadros triviales o "fisiológicos" (si es que se puede hablar en estos términos), se define la fotosensibilidad como reacciones importantes y anormales a la luz, generalmente solar.
Las causas son la toma de medicamentos, el contacto con perfumes y cosméticos y el contacto con plantas, etc.
Las reacciones de fotosensibilidad ó lucitis pueden dividirse en:
- Urticaria solar
- Erupción polimorfa lumínica.
- Reacciones fototóxicas, aspecto de quemadura solar intensa, eritema, ampolla, aumento de color de la piel.
- Reacciones fotoalérgicas, con formación de urticaria, eccema o otras formas de reacción cutánea.
- Otras reacciones, producidas por enfermedades agravadas por el sol (lupus eritematoso sistémico, herpes simple, rosácea, eritema multiforme, pénfigo, etc.) edema y bullas. Por ejemplo, porfiria cutánea tarda o fitofotodermatitis.
El tratamiento es a base de antialérgicos, cortisona, antimaláricos, betacaroteno, utilizados solos o en combinación dependiendo de los casos.
¿Qué tener en cuenta?
Debe reducir al mínimo posible la exposición de su piel a los rayos ultravioletas y a la luz visible de onda corta. Estos son algunos consejos que pueden ser de utilidad.
- Salga al aire libre sólo antes de las 9 de la mañana y después de las 4 de la tarde
- Utilice ropa y un sombrero de alas anchas que no permita la penetración de la luz
- Evite la exposición prolongada a las lámparas fluorescentes
- Proteja su cara y manos con el factor de protección solar más elevado que encuentre.
- Utilice gafas de sol
- No se entretenga hablando con sus amistades en la calle
- Coloque protecciones opacas a los rayos ultravioletas en los cristales de su coche
- Utilice filtros solares
Dr. Ignacio Antépara Ercoreca
Especialista en Alergología por la Universidad de Navarra y licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco.
Autor original