La gingivectomía es un procedimiento quirúrgico por el que se extirpa el tejido gingival (encía) lesionado.
Actualmente se emplea para el tratamiento de:
La enfermedad periodontal puede no dar sintomatología hasta estadios de afectación severa.
Los motivos principales por los que suele consultar el paciente son: hemorragia, movilidad, sensibilidad, etc.
Los crecimientos de la encía producen también alteraciones estéticas que el paciente reconoce.
La posición adecuada del paciente y del profesional, el uso de una técnica correcta y unas medidas de asepsia son normas imprescindibles para el éxito de la gingivectomía.
Una historia y exploración previas, así como la realización de una radiología son también imprescindibles.
La técnica debe realizarse de una forma reglada y comprende: anestesia correcta, marcado de la profundidad de las bolsas en la encía, corte con bisturí siguiendo las marcas, eliminación del tejido gingival y remodelación, raspado y alisado radicular, y colocación de un apósito periodontal.
El material extraído debe ser enviado para su análisis histopatológico.
Las complicaciones son muy infrecuentes y se dividen en inmediatas y mediatas (secundarias o tardías).
Las complicaciones inmediatas pueden ser:
Las complicaciones secundarias:
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