El magnesio es un mineral indispensable para el funcionamiento de las actividades enzimáticas y transporte de fosfatos del cuerpo humano. Se absorbe de los alimentos a nivel del íleon y se secreta por el riñón y por las heces.
El magnesio participa en las funciones del ATP, que utiliza la glucosa mediante fosforilación anaeróbica ó la decarboxilación oxidativa para producir energía en las células.
Además actúa en la síntesis de proteínas activando los aminoácidos.
Y la otra función principal del fósforo es en la contracción y la relajación muscular.
Los productos vegetales de hoja verde contiene gran cantidad de magnesio. Además las legumbres (soja, guisantes, habas, etc.), los frutos secos (nueces, almendras), los plátanos, la zanahoria y los pescados en general.
La toxicidad por magnesio se puede producir por un consumo exagerado del mismo en medicamentos, principalmente antiácidos. Se puede producir sueño y paralización muscular.
La falta de magnesio se puede observar en el alcoholismo crónico, los síndromes de malabsorción, las diarreas o los grandes quemados. En este caso se puede apreciar cansancio, falta de apetito, contracciones musculares, problemas mentales como confusión, apatía y problemas de aprendizaje. Además de taquicardia y graves problemas psicológicos (alucinaciones) si el déficit es muy grande y mantenido.
Las necesidades de magnesio diarias son de 100 mg en niños pequeños, y entre 300 y 400 en el resto.
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