
¿Qué son las radiaciones no ionizantes?
La radiación es energía que se desplaza en el medio ambiente en forma de ondas o de partículas.
La radiación no ionizante es la que no produce iones, es decir, no altera los átomos de los seres vivos, a diferencia de las radiaciones ionizantes.
Esto significa que las radiaciones no ionizantes no suelen alterar la salud de forma importante. Sin embargo, pueden producir mucho calor y, por eso, las personas que trabajan con este tipo de energía deben tomar precauciones especiales.
¿Cuál es el origen de las radiaciones no ionizantes?
Los campos electromagnéticos son fenómenos naturales; las galaxias, el sol, las estrellas emiten radiación de baja densidad, y en la atmósfera existen cargas eléctricas que generan campos magnéticos a los que estamos sometidos permanentemente, y que se hacen mucho más intensos, por ejemplo, durante las tormentas eléctricas.
Además, en el último siglo ha aparecido un amplio número de campos artificiales, creados por maquinaria industrial, líneas eléctricas, electrodomésticos, etc. que nos exponen a diario a una radiación adicional.
Los tres tipos principales de radiación no ionizante son:
- La luz visible.
- Las ondas de radio como las producidas por los radios, televisores, teléfonos móviles y sus torres o estaciones y por los medidores inteligentes de gas y electricidad.
- Las microondas.
La radiación artificial tiende a ser mucho más débil que los campos electromagnéticos naturales. Sin embargo, en muchas profesiones del sector electrónico, ferroviario y de telecomunicaciones la exposición es continuada.
¿Qué efectos biológicos ocasiona la radiación no ionizante?
La radiación de alta frecuencia y las microondas provocan vibraciones moleculares, produciendo calor (de ahí su empleo doméstico e industrial), con lo que pueden producir quemaduras a partir de una determinada cantidad de radiación absorbida.
La radiación de frecuencias extremadamente bajas se consideraba inocua. Está demostrado, sin embargo, que puede producir cambios eléctricos en la membrana de todas las células del cuerpo, alterando los flujos celulares de algunos iones, sobre todo el calcio, lo que podría tener efectos biológicos importantes.
Así, se han publicado múltiples estudios, citando una posible relación de los campos electromagnéticos de baja energía con el origen de determinados cánceres, sobre todo leucemias. También se han intentado relacionar con alteraciones del aparato reproductor, neurológico y cardiovascular, y con malformaciones fetales.
¿Cómo influyen las radiaciones electromagnéticas en el cáncer?
Aunque es indudable que ejercen efectos biológicos, el papel de las radiaciones no ionizantes como agentes cancerígenos es polémico. Se piensa que, en todo caso, actuarían como promotores tumorales, con escaso o nulo poder inicial para convertir genes normales en oncogenes.
En muchos trabajos se ha determinado un mayor riesgo relativo de leucemias, tumores cerebrales y otros cánceres en sujetos que residen en las proximidades de las líneas de alta tensión y entre distintas poblaciones expuestas profesionalmente. La sospecha de asociación más firme se ha establecido con las leucemias infantiles.
Sin embargo, los estudios son contradictorios, sobre todo por la dificultad de medir la exposición a la radiación no ionizante y los métodos epidemiológico-estadísticos usados. Así, existen múltiples trabajos en sentido contrario.
Desde el punto de vista de la salud pública, se piensa que hay que considerar estos hallazgos como serias advertencias sobre los potenciales efectos adversos de la radiación no ionizante; si bien, ante la falta de evidencia definitiva, la única recomendación podría ser la de "evitación prudente".



Dr. Ignacio Antépara Ercoreca
Especialista en Alergología por la Universidad de Navarra y licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco.
Autor originalDra. Yolanda Patricia Gómez González
Especialista en Medicina general y licenciada en medicina por la universidad nacional de Colombia.
Revisor clínico