La sepsis es una respuesta inflamatoria desmesurada ante una infección bacteriana en el torrente sanguíneo o en los tejidos del cuerpo.
Se trata de una afección muy amplia ya que abarca la presencia de muchos tipos de organismos microscópicos que causan enfermedades.
Cuando la sepsis se acompaña de hipotensión persistente (baja tensión arterial) se denomina shock séptico.
La sepsis es una situación grave ya que puede ocasionar el fallo de algunos órganos vitales.
La incidencia de la sepsis es de 2 personas de cada 10.000 habitantes aproximadamente.
Tiene mayor incidencia en bebés y ancianos.
La sepsis puede originarse en cualquier lugar del cuerpo por donde las bacterias puedan acceder al organismo. Los lugares más comunes de entrada son:
Las úlceras de la piel también pueden propiciar la entrada de dichas bacterias a nuestro organismo.
Del mismo modo, los procedimientos médicos invasivos también pueden ser las causantes de introducir dichas bacterias. Se incluyen en este grupo:
Las personas inmunodeprimidas o con trastornos en la sangre son los más vulnerables a esta enfermedad y tienen una alta tasa de mortalidad cercana al 60%. Las personas sin enfermedades crónicas subyacentes tienen una tasa de mortalidad del 5% aproximadamente.
El síntoma más común de la sepsis es la fiebre, acompañada a menudo de escalofríos, temblores u otros síntomas similares a la gripe.
Otros síntomas que pueden aparecer son:
Si además se presenta hipotensión (tensión arterial baja) se habla de shock séptico.
La presencia de sepsis se confirma mediante un análisis de sangre donde se mostrará un recuento anormal de glóbulos blancos.
El agente causal estará determinado por el hemocultivo.
En caso de presentar síntomas habiendo tenido recientemente alguna intervención médica invasiva o intervención dental, debe elevarse la sospecha de sepsis.
La identificación del agente causal específico es imprescindible para determinar cómo tratar la sepsis.
Sin embargo, hasta que no se pueda identificar dicho agente para realizar un tratamiento específico, se administra un antibiótico de amplio espectro. Suele administrarse de forma intravenosa en el hospital.
En muchas ocasiones es necesario además administrar oxígeno o líquidos de forma intravenosa.
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