La gripe es una enfermedad causada por un virus (virus de la influenza) que se transmite de persona a persona a través de la tos, de los estornudos y de objetos directamente contaminados.
Aunque a veces el término gripe se utiliza para hablar de cualquier infección respiratoria alta, la gripe se caracteriza por tener síntomas más generalizados que un simple resfriado y por ser más contagiosa y generar epidemias, en especial en invierno.
Tiene como particularidad ser producida por un virus de fácil mutación. De esta forma, el virus circulante en invierno será, probablemente, diferente al del invierno anterior y, por tanto, la inmunidad adquirida previamente puede no ser efectiva.
Los síntomas más frecuentes son, además del quebrantamiento del estado general:
La fiebre dura generalmente de tres a cinco días y, si no hay complicaciones, la recuperación completa se produce entre una y dos semanas.
No hay ningún medicamento que cure la gripe, de modo que su tratamiento se reduce al alivio de los síntomas (antitérmicos, analgésicos, etc.).
Es necesario recordar que al ser un proceso vírico no es eficaz el tratamiento con antibióticos, pudiendo dar lugar, en cambio, a resistencias bacterianas. Los antibióticos sólo se deben administrar bajo estricta prescripción médica y para tratar o prevenir las complicaciones en personas cuyo estado de salud previo así lo aconseje.
En casos de gripe complicada o para evitar esas complicaciones en pacientes de alto riesgo, se hará manejo hospitalario con oxigenoterapia y antivirales dependiendo del caso individual.
La gripe debe seguir siempre su curso, pero se pueden tomar ciertas medidas para aliviar los síntomas:
Dado el alto grado de contagio a través del aire (tos y estornudos) o por contacto físico, se deben tomar ciertas precauciones como taparse la cara al estornudar y lavarse las manos frecuentemente.
Se debe usar mascarilla y aislarse en caso de convivir con personas con riesgo de complicaciones respiratorias en caso de contagio: personas de edad avanzada, con enfermedades crónicas o inmunosuprimidas, es decir con disminución de las defensas naturales.
La limpieza de superficies que puedan haberse contaminado con secreciones también es de utilidad.
En el caso de la gripe existe una vacuna preventiva recomendable.
Todos los años, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la composición de la vacuna a utilizar en esa temporada, en aquellas personas incluidas en los grupos de riesgo, entre los que cabe destacar, fundamentalmente a:
Hay que consultar al médico:
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