La luxación o dislocación es el desplazamiento de los huesos de cualquier parte del cuerpo, fuera de su sitio normal en las articulaciones.
Es más correcto llamarlo luxación. Comúnmente se hace uso del término dislocación para referirse a esta lesión, sin embargo, este es un anglicismo y una traducción incorrecta del término empleado en inglés para la misma lesión, y se debe de evitar su uso.
Una luxación implica que las superficies articulares de dos huesos están completamente separadas y no hay contacto entre ellas. Una subluxación implica un menor grado de desplazamiento de modo que las superficies articulares están todavía parcialmente yuxtapuestas, pero se permite cierto movimiento en la misma que normalmente no tendría.
Cuando se fuerza el movimiento normal de una articulación, los huesos que se encuentran en ella pueden desconectarse o luxarse. Para que las superficies óseas puedan abandonar su ubicación normal dentro de la articulación es necesario que se produzca una rotura de la cápsula de la articulación y desgarro de los ligamentos estabilizadores de la misma que podría incluso asociarse a lesiones en los nervios circundantes (como las lesiones del plexo braquial en las luxaciones de clavícula y hombro).
La mayoría de las luxaciones se producen por un traumatismo directo, una caída o secundario a convulsiones (ocasiona las luxaciones posteriores de húmero).
Cuando se produce una luxación aparece:
Las medidas generales a tener en cuenta son:
La recuperación de los ligamentos circundantes de una articulación dislocada toma entre 3 y 6 semanas, durante los cuales se deberá de mantener la extremidad inmovilizada y en reposo.