La liposucción es la intervención destinada a corregir los excesos de grasa localizados en pacientes sin obesidad.
No es un método de adelgazamiento ni un tratamiento contra la obesidad, sino un tratamiento para remodelar los acúmulos de grasa que son persistentes a los tratamientos con dieta y ejercicio.
La liposucción es una técnica de cirugía que se aplica al contorno corporal. Se trata de aspirar mediante una cánula parte del tejido graso de alguna parte del cuerpo.
Esta cánula se introduce por una pequeña incisión en el área previamente planificada. Tras la aspiración, la piel se contrae y cicatriza en la nueva situación de volumen, dejando la zona menos abultada.
Es importante también matizar que la liposucción no mejora la celulitis, incluso en algunos pacientes podría agravarse.
La liposucción se realiza en zonas del cuerpo que por una u otra razón tengan almacenamientos de grasa profunda exagerados comparados con otras regiones, resultando en abultamientos antiestéticos.
Por razones hormonales estos abultamientos se producen en la cintura y abdomen en los hombres y en las caderas y muslos en las mujeres. También puede variar por factores hereditarios.
Los candidatos ideales para esta intervención son aquellos que presenten:
La celulitis es un acúmulo más superficial y por ello no susceptible de mejoría con la liposucción, aunque algo mejora.
Dependiendo de la técnica se pueden extraer hasta 5 litros de grasa, por ejemplo, con la infiltración tumescente.
La intervención estará contraindicada en los pacientes que padecen:
Hay que explicar a los pacientes de forma adecuada los objetivos de la operación para evitar una exagerada expectativa sobre este procedimiento por falta de comprensión del mismo.