
¿Qué papel juegan la dieta y el ejercicio en la obesidad?
En general, la obesidad se genera por una o ambas de las siguientes situaciones:
- Mayor ingesta de calorías que las que el cuerpo gasta.
- Menor actividad física que la que el cuerpo precisa.
Si se ingiere mayor cantidad de energía de la necesaria ésta se acumula en forma de grasa, si se consume más energía que la necesaria se utiliza la grasa como energía.
Por esto, la obesidad se produce por exceso de energía como resultado de alteraciones en el equilibrio de entrada/salida de energía. Como consecuencia se pueden producir diversas complicaciones como son la hipertensión arterial, la diabetes mellitus y las enfermedades coronarias.
La herencia tiene un papel importante, tanto que de padres obesos el riesgo de sufrir obesidad para un niño es 10 veces superior a lo normal.
Esto es debido en parte a tendencias metabólicas de acumulación de grasa, pero por otro lado se debe a que los hábitos culturales alimenticios y sedentarios contribuyen a repetir los patrones de obesidad de padres a hijos.
Buscando el equilibrio.
Debemos saber que cada 250 gramos de grasa equivalen a 3.500 calorías. Si tenemos exceso de grasa debemos calcular las calorías que representan y disminuirlas en la ingesta en un periodo de tiempo adecuado.
Contenido en calorías de diversos elementos:
| Cada gramo | Contenido en Calorías |
|---|---|
| Grasa | 9 |
| Alcohol | 7 |
| Proteína | 4 |
| Carbohidrato | 3,75 |
Y en cuanto a los alimentos:
| Alimentos | Contenido en Calorías |
|---|---|
| Ración de Carne de vaca | 483 |
| Hamburguesa | 300 |
| Pan con Mantequilla | 100 |
| Taza de té con dos cucharitas de azúcar | 67 |
¿Cuál es el tratamiento recomendado para la obesidad?
En primer lugar, debemos tratar adecuadamente las enfermedades subyacentes, si existen. A partir de aquí depende de buscar el equilibrio, mediante ajustes en la dieta.
La dieta debe de ser adecuada a la actividad necesaria, por ello una dieta muy intensiva en personas muy activas es contraproducente. Debe de tenderse a realizar dietas más suaves y más mantenidas.
Una vez alcanzado el peso ideal debe mantenerse la vigilancia del equilibrio de entradas de alimentos y consumo de energía.
En cualquier caso, tratar la obesidad es difícil. Lo primero que hay que tener en cuenta es que es una enfermedad crónica y por tanto no es de rápida resolución. Los principales aspectos a tener en cuenta son:
- Modificar los hábitos alimentarios (disminuir la ingesta calórica).
- Aumentar el ejercicio físico.
- Tratamiento farmacológico, cuando esté indicado.
- Cirugía de la obesidad: Sólo se plantea en casos de obesidad mórbida (obesidad patológica grave).
Al iniciar una dieta hipocalórica, en primer lugar, se consumen las reservas de glucógeno y proteínas, perdiéndose aproximadamente 0,5 Kg por día.
Hasta el quinto o séptimo día no comienza a utilizarse como combustible corporal el tejido adiposo, es decir, el objetivo deseable. Hay que entender, por lo tanto, que el equilibrio energético negativo (gastar más calorías de las que se consumen) se debe mantener durante mucho tiempo.
Se requiere un déficit de 3.500 kcal para perder 0,5 Kg de tejido adiposo. En general, no se recomienda una pérdida de peso mayor de 0,5-1 Kg por semana. Además, hay que tener en cuenta que las necesidades energéticas van disminuyendo, aproximadamente 12 Kcal/día menos por kilo de peso perdido.
Se ha comprobado que los individuos cuyo peso corporal fluctúa ampliamente, son más propensos a sufrir cardiopatías e incluso muerte prematura que los que lo mantienen relativamente constante. Por lo tanto, la actitud más prudente es intentar adelgazar a un ritmo sostenido y llevadero y evitar entrar en períodos alternativos de rápida pérdida de peso que después se recupera.



Dr. Ignacio Antépara Ercoreca
Especialista en Alergología por la Universidad de Navarra y licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco.
Autor originalDra. Yolanda Patricia Gómez González
Especialista en Medicina general y licenciada en medicina por la universidad nacional de Colombia.
Revisor clínico