La rabia es una enfermedad causada por un virus transmitido por la saliva de animales infectados. Aparece frecuentemente después de que el animal enfermo muerde o lame a un ser humano. La rabia, una vez contraída, produce en el hombre una encefalitis mortal.
La rabia es una de las enfermedades más conocidas de la historia. En 1880 Louis Pasteur comenzó sus investigaciones sobre ella que culminaron al lograr una vacuna efectiva.
La rabia es causada por un virus denominado Rhabdoviridae Lyssavirus que tiene forma de bala.
La rabia se trasmite cuando un animal infectado muerde, lame o realiza un rasguño a una persona. La infección ocurre por contacto con la saliva que contiene el virus.
Los animales que habitualmente transmiten la rabia son:
En casos muy excepcionales, la enfermedad ha sido contraída después de trasplantes de córnea obtenidos de fallecidos por encefalitis, pero cuya causa de muerte debida a la rabia no había sido determinada.
Es adecuado indicar que no todas las personas mordidas por un animal rabioso desarrollarán la enfermedad.
La aparición de los primeros síntomas tras el contagio es muy variable. El periodo de incubación puede ser muy corto (una semana) principalmente en niños o muy largo (varios meses o aún más de un año) aunque lo normal es un promedio de 20 a 90 días después del contagio.
Durante los dos a cuatro días previos a la aparición de la enfermedad, el paciente afectado siente:
Existen tres maneras de presentación de la enfermedad, aunque todas ella de igual gravedad y que conducen a la muerte.
La rabia es 100% fatal: no existe tratamiento disponible para su curación.
Solamente la inmunización, llevada a cabo rápidamente después de la mordedura permite sobrevivir a las personas infectadas.
La vacunación, por tanto, representa el único método efectivo para prevenir la rabia. Se aplica al paciente de acuerdo con diferentes técnicas, dependiendo se requiera inmunidad antes de la exposición o después de la exposición al virus:
La vacunación preventiva comprende dos inyecciones intramusculares, seguidas por una inyección de refuerzo un año más tarde, y luego cada tres años.
La vacunación curativa implica 5 inyecciones, seguidas por una inyección de refuerzo opcional 3 meses después.
Dado que la rabia es una zoonosis (es una enfermedad que se transmite de los animales a los seres humanos) la prevención debe aplicarse tanto a los animales como a los humanos. Para ello deben seguirse las siguientes recomendaciones en animales:
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