La encefalitis es la inflamación del encéfalo (cerebro) principalmente debida a virus.
Debe diferenciarse de la meningitis (inflamación de las meninges, una membrana que recubre el cerebro) que suele provocar síntomas irritativos (rigidez de nuca, intolerancia a la luz) sin verse alteradas las funciones cerebrales (nivel de conciencia, alteraciones motoras y sensitivas o del habla), cosa que sí ocurre en la encefalitis.
Es una enfermedad con un espectro clínico muy variable, puede pasar desapercibida en algunos casos, en ocasiones deja graves secuelas neurológicas o incluso puede provocar el fallecimiento de la persona. Se considera una enfermedad muy grave.
Existen muchas causas de encefalitis, siendo la mayoría de origen infeccioso (virus), que tienen una gran afinidad por el sistema nervioso central.
Es una enfermedad muy poco frecuente, unos 5 casos por millón de habitantes y afecta mayoritariamente a la población pediátrica.
Existen diferentes formas de contagio, respiratoria (sarampión o paperas), feco-oral (virus de la polio), vía sexual (herpes virus, sífilis) o picaduras de artrópodos (tripanosomiasis africana, encefalitis japonesa, malaria).
Origen infeccioso:
Origen no infeccioso:
Los principales síntomas de la encefalitis son:
Para poder descubrir el origen de la enfermedad se debe realizar una serie de pruebas complementarias. En ocasiones no es posible establecer el origen.
No existe un tratamiento específico para la mayoría de las infecciones virales, existiendo algunas excepciones importantes.
En caso de ser provocado por una infección bacteriana, fúngica o parasitaria deberá recibir el antibiótico correspondiente.
Por otro lado, deberemos realizar un adecuado tratamiento de los síntomas: