El síndrome de alcoholismo fetal (FAS, por sus iniciales en inglés), un conjunto de anormalidades que presentan los niños cuyas madres ingieren alcohol durante el embarazo, es la principal causa del retraso mental. Una vez que el alcohol penetra en el torrente sanguíneo del niño permanece allí en concentraciones muy elevadas durante prolongados periodos de tiempo, ocasionando daño cerebral y lesionando otros órganos corporales.
No se sabe aún cual es la cantidad de alcohol que puede dañar al feto, pero si que incluso las bebidas alcohólicas "suaves" como el vino o la cerveza son perjudiciales. También es cierto que los defectos de nacimiento y de desarrollo pueden diferir, dependiendo de qué tanto tiempo fue expuesto el feto al alcohol durante su desarrollo.
Los bebés con síndrome alcohólico fetal pueden experimentar los siguientes síntomas físicos:
A medida que el niño crece puede desarrollar otros síntomas, incluyendo:
No existe un tratamiento para estos niños ya que no existe cura. Como dijo Enloe "Para el bebé la resaca durará toda la vida". Sí es necesario un ambiente de apoyo en el que se mantengan las rutinas, se fijen reglas simples, limites y consecuencias, en el que se alaben las conductas deseables y en el que no se les amenace ya que la violencia incrementa el riesgo de que el niño aprenda a reaccionar de manera similar. El niño con este síndrome necesitará acudir a educación especial.
También es conveniente que los padres acudan a ayuda profesional para aprender a lidiar con el cuidado de un niño con problemas de nacimiento. El entrenamiento de los padres incluye formas de controlar los problemas de comportamiento y técnicas de control de estrés.