El cólera es una enfermedad infecciosa que provoca una diarrea acuosa aguda pudiendo llegar a la deshidratación y el fallecimiento de la persona en cuestión de horas.
Es una enfermedad infecciosa provocada por una bacteria conocida como Vibrio Cholerae. Se contrae mediante la ingesta de alimentos o agua contaminada.
Al año se producen alrededor de 3 millones de casos de cólera, habiendo sobre unos 100.000 fallecimientos por esta causa. Afecta tanto a niños como adultos y las personas con enfermedades crónicas tienen mayor riesgo de complicaciones.
La enfermedad se localiza fundamentalmente en países de baja renta donde tienen un acceso limitado al agua potable y donde existe pobre control de aguas fecales residuales. Las regiones más afectadas son: África, Asia, Centroamérica y Oriente Medio.
Suele presentarse en forma de brotes epidémicos, un ejemplo de ello es el que está sufriendo Haití desde el año 2010.
El periodo de incubación varía entre 12 horas y 5 días.
La gran mayoría de las personas permanecen asintomáticas. De aquellas que presentan síntomas, un 80% suele ser de carácter leve-moderado y un 20% grave, pudiendo llegar a ser mortal en cuestión de horas si no se trata.
Los síntomas más comunes son:
Complicaciones:
El diagnóstico en fundamentalmente clínico. Se debe sospechar en toda persona con diarrea acuosa profusa en el contexto de un brote epidémico de cólera.
En caso de requerir confirmación del diagnóstico se pueden emplear las siguientes técnicas:
El tratamiento consiste fundamentalmente en la rehidratación del paciente vía oral (casos leves) o intravenosa (casos graves) de forma intensiva.
El uso de antibióticos se reserva para aquellos pacientes con deshidratación severa, los más empleados son: macrólidos, quinolonas y tetraciclinas. En niños, en caso de necesidad se recomienda dar suplementos de zinc y vitamina A.
Las principales medidas de prevención son:
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