La deshidratación se describe como la falta de líquidos corporales en cantidad adecuada para que el cuerpo lleve a cabo sus funciones a nivel óptimo.
Es la principal complicación de dolencias agudas como la diarrea, el vómito y la fiebre y su tratamiento rápido y eficaz es fundamental para preservar la vida, especialmente de los niños pequeños.
Puede ocurrir por pérdidas de líquidos, falta de consumo de los mismos, o ambas situaciones conjuntamente.
Los principales síntomas de la deshidratación son:
La Organización Mundial de la salud recomienda realizar el diagnóstico del grado de deshidratación de acuerdo con los signos y síntomas del paciente para determinar el tratamiento.
Existen tres grados:
El mejor tratamiento es la prevención de las deshidrataciones moderada y severa.
Si todavía no hay signos de deshidratación moderada, se deben continuar los alimentos que el paciente tolere. En especial, es importante no suspender la lactancia materna.
Si hay diarrea líquida abundante se debe ofrecer soluciones comerciales de rehidratación que pueden venir en polvo para diluir en agua o ya preparadas.
El suero de rehidratación oral casero ideal debe contener sales y azúcares en proporción similar a las soluciones de rehidratación comerciales. Una forma de fácil preparación sería: un litro de agua limpia a la que se agrega una cucharadita rasa de sal de mesa y cuatro cucharaditas rasas de azúcar de mesa.
SIEMPRE se deben evitar los líquidos con exceso de azúcar y bajos en sodio como las bebidas para deportistas, bebidas gaseosas u otras bebidas comerciales similares, ya que empeoran la pérdida de líquidos.
Deshidratación moderada:
Lo ideal es que el tratamiento se suministre en un centro de atención médica.
Por lo general se comenzará a dar a beber cierta cantidad específica de suero de rehidratación oral cada cinco minutos durante un tiempo de observación que puede ir entre cuatro y doce horas, momento en el cual se decidirá una hospitalización o dar el alta con recomendaciones específicas de cómo continuar la terapia de rehidratación oral.
Deshidratación grave:
Precisa líquidos intravenosos administrados en un centro hospitalario.
El reconocimiento y tratamiento precoces de la deshidratación lleva a un restablecimiento rápido. La deshidratación grave no tratada puede terminar en convulsiones, daño cerebral permanente o muerte.