El principal problema o al menos el más común que condiciona la alimentación del anciano es la masticación tanto por falta de dentición como por la sequedad de la boca por falta de saliva. Por ello lo primario en la alimentación del anciano es realizar una dieta de fácil masticación y deglución. Siempre teniendo en cuenta que no deben sustituir alimentos básicos como la carne, el pescado, las verduras, etc.) por otros alimentos que no contengan proteínas y vitaminas adecuados para mantener una alimentación correcta. Por esto el término más correcto pudiera ser alimentación triturada más que alimentación blanda.
La trituración es el método más normal de preparar los alimentos necesarios para equilibrar la dieta. La carne se puede triturar directamente o se puede sustituir por carne picada, hamburguesas, albóndigas, etc. Las verduras se puede triturar o darlas en forma de zumos líquidos de tomate, zanahoria, etc. Ciertas frutas se pueden dar en compota o también en forma de zumos.
La forma de cocción de los alimentos debe de ser al horno, a la plancha o hervidos, evitando las frituras por el exceso de grasa que produce plenitud y hastío.
El aceite de oliva se suele utilizar para alimentos cocinados y el de semillas para las ensaladas.
A veces se debe recurrir a la mezcla de alimentos en un solo puré para que pueda ser adaptada la dieta equilibrada a la capacidad de deglución.
Como es necesario el aporte calórico suficiente, se recurre al enriquecimiento de ciertos purés con queso u otros derivados de la leche (bechamel).