
¿Qué hay que considerar en la dieta para el anciano?
La dieta en las personas mayores es diferente a lo habitual debido a diferentes condicionantes que obligan a personalizar la misma en cuanto a características (cualidad) y necesidades (cantidad).
El proceso de envejecimiento no es igual en todas las personas, pero en general produce mayor fragilidad y disminuye la función normal de todos los órganos. Esto hace que la persona sea más susceptible a diferentes enfermedades y otras agresiones del medio ambiente.
Las personas ancianas, por estas razones, son más susceptibles de caer en situaciones de discapacidad y de perder su independencia, lo cual tiende a empeorar el estado nutricional.
Uno de los principales objetivos de la alimentación adecuada es la de preservar la independencia en la persona mayor o tratar de recuperarla cuando se ha perdido.
¿Cuáles son los principales cambios biológicos que condicionan la dieta en el anciano?
En general, se considera que un adulto mayor es toda persona de 60 años o más. Sin embargo, el proceso de envejecimiento se comienza a presentar antes y la persona debe vigilar su salud y sus hábitos desde más joven.
Entre los 70 y 80 años, el cuerpo se comienza a hacer más frágil y es cuando se debe estar alerta ante cualquier sospecha de enfermedad, en especial aquellas que favorezcan que la persona se vuelva dependiente de otros.
Muchas personas mayores de 80 años ya tienen problemas de salud o abandono social además de la fragilidad aumentada, por lo cual los esfuerzos deben ir encaminados a evitar mayor deterioro.
En general, las personas ancianas con peso corporal muy alejado del normal, tanto por lo bajo (desnutrición) como por lo alto (obesidad) tienden a tener más problemas de salud.
Además, hay que tener en cuenta los cambios en la composición corporal que se desarrollan con el envejecimiento, principalmente:
- Disminución de la masa magra o sin grasas: agua corporal total, contenido mineral de los huesos y masa muscular.
- Aumento de la masa grasa.
Si estos cambios son muy grandes, también se presentan más enfermedades.
¿Cuáles son los problemas de salud que pueden limitar la alimentación en el anciano?
Algunas de las cosas que limitan que la persona anciana coma de manera adecuada se asocian al proceso de envejecimiento como:
- Problemas de movilidad del tracto digestivo, dificultad al tragar, mayor cantidad de gases y aumento del estreñimiento.
- Las secreciones del estómago disminuyen y por ello la acidez es menor lo que retrasa la digestión y disminuye la absorción de vitaminas (B12).
- Los problemas de la dentición y la disminución de la salivación condicionan una boca seca que obliga a modificar el tipo de alimentos para que se puedan ingerir y tragar fácilmente.
- Es frecuente que existan condicionantes en la alimentación por la disminución en la agudeza visual, el gusto y el olfato que limitan que se disfrute de una alimentación variada.
- Las incapacidades físicas de hacer la compra o de cocinar también limitan la alimentación balanceada.
- La disminución de los ingresos personales produce una alteración en su compra de alimentos tanto en su calidad como en la cantidad de los mismos.
Otros condicionantes físicos y psicológicos que limitan una buena alimentación en las personas con edad avanzada son:
- Los problemas psicológicos tal como el aislamiento social y la existencia de una depresión, condicionan frecuentemente una anorexia o falta de ganas de comer.
- Otros problemas son orgánicos tal como la diabetes, la hipertensión, los problemas cardiacos, reumatismos, alteraciones hepáticas, el cáncer, o sin más la asociación de pequeños problemas todos ellos asociados producen desequilibrios alimentarios que en parte se debe a consejos médicos no bien elaborados.
- Muchos de los medicamentos que se utilizan para estas enfermedades dan problemas gástricos o intestinales además de interferir en ocasiones con la absorción de ciertos alimentos, vitaminas o proteínas. También se puede presentar alteración de la percepción del sabor por ciertos fármacos e incluso pérdida del apetito por otros.



Dr. Ignacio Antépara Ercoreca
Especialista en Alergología por la Universidad de Navarra y licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco.
Autor originalDra. Yolanda Patricia Gómez González
Especialista en Medicina general y licenciada en medicina por la universidad nacional de Colombia.
Revisor clínico