La fiebre aftosa es una leve dolencia viral, cuyos síntomas son dolor en la boca y presencia de pequeñas ampollas o llagas. Los dos tipos de virus que la causan son el Coxsackie virus y el Enterovirus.
Esta enfermedad no está relacionada con la fiebre aftosa que afecta al ganado.
Se sabe que la fiebre aftosa ataca especialmente a los niños que empiezan a andar, aunque puede aparecer a cualquier edad si no se ha tenido o se ha estado expuesto a ella con anterioridad. Esto ocurre particularmente cuando hace calor, normalmente en el verano o a principios del otoño, y produce pequeñas "epidemias" en las guarderías. No es extraño que más de la mitad de los alumnos de una escuela o de una guardería la padezcan.
Las mujeres embarazadas deben evitar exponerse a la fiebre aftosa, ya que ésta puede causar una infección viral más grave en el niño que todavía no ha nacido y, con ella, posibles defectos de nacimiento. Sin embargo el riesgo es pequeño, ya que se cree que la mayoría de las mujeres se han inmunizado contra esta enfermedad en las primeras etapas de la infancia.
Los síntomas de la fiebre aftosa empiezan de tres a seis días después de estar expuesto a ella e, inicialmente, son:
Pasados un par de días, empiezan a aparecer ampollas pequeñas pero de aspecto normal. Estas pueden variar de tamaño, desde 2 a 4 mm. Dichas ampollas están rodeadas de un área pequeña de coloración rojiza. Se pueden tener dos o tres ampollas, o mas de treinta. Aparecen generalmente:
Las ampollas situadas en la parte exterior de la boca no suelen picar ni doler.
No existe un tratamiento para la fiebre aftosa. Normalmente es muy leve y dura de unos días a una semana. La mayoría de las ampollas desaparecen sin ulcerarse, abrirse, romperse formar costras o dejar cicatrices.
El único medicamento recomendado es el Paracetamol.
Los niños y los adolescentes no deben tomar aspirina®, ya que su uso se ha asociado con un grave aunque raro trastorno cerebral y hepático llamado síndrome de Reye.
Si tiene llagas en la boca, evite comer o beber alimentos cítricos, salados o picantes.
Las mujeres embarazadas deben consultar con su médico antes de tomar cualquier medicamento sin receta médica. Es aconsejable que los padres y las personas con problemas médicos lean atentamente los prospectos de los productos y consulten con el farmacéutico si tienen alguna duda sobre su utilización.
El curso normal de esta enfermedad es normalmente leve y presenta tan pocas complicaciones que no es necesario acudir al médico.