Hoy en día todas las insulinas del mercado son insulinas humanas sintetizadas por ingeniería genética (DNA recombinante). Las insulinas de origen bovino o porcino han desaparecido prácticamente del mercado. Todas ellas están muy purificadas y tan solo contienen proteínas de insulina y no contaminaciones de otro tipo. El único factor que las diferencia es la duración de acción.
Como la insulina sólo se mantiene activa en la sangre durante períodos cortos (menos de 15 minutos), se han utilizado diversas maneras para retardar su liberación y por ello su acción .
Estos sistemas se basan en preparaciones inyectables que retardan la liberación:
Dependiendo de cada sistema de retardo de su acción las insulinas pueden ser rápidas, intermedias y lentas.
Todas las insulinas retardadas deben inyectarse vía subcutánea y sólo la no retardada se puede administrar vía endovenosa.
La vía usual de administración de insulinas es la subcutánea. Excepcionalmente (coma diabético) se recurre a la vía IV (intravenosa).
El método más corriente de administración es mediante jeringuillas especiales graduadas en unidades de insulina. Han alcanzado aceptación los aparatos inyectores en forma de pluma estilográfica, que facilitan los regímenes de varias inyecciones al día.
Existen también jeringas precargadas capaces de dosificar con precisión en incrementos de 2 UI y útiles para varias aplicaciones (cambiando la aguja).
Las bombas de infusión que administran de forma contina una dosis basal de insulina vía SC (subcutánea), suplementada por dosis extra antes de las comidas. Están menos difundidas y son útiles sobre todo para pacientes muy motivados. Se les adscribe con un cierto aumento de frecuencia de episodios de cetoacidosis, tal vez relacionados con fallos de funcionamiento.
Las insulinas españolas para administración por jeringuilla están estandarizadas a la dosis de 40 UI/ml en viales de 10 ml. Los cartuchos para inyectores y bombas de infusión tienen una concentración de 100 UI/ml y el volumen está ajustado a las características técnicas del aparato.
La difusión de la idea de que que el control estricto de la glucemia puede prevenir las complicaciones a largo plazo de la diabetes (recientemente demostrada por ensayos clínicos) ha creado una tendencia a usar pautas posológicas orientadas a ajustar lo más estrechamente que se pueda la administración de insulina a las variaciones diurnas de la glucemia.
Esto implica regímenes de varias inyecciones diarias y control de glucemia por el propio enfermo. Las pautas más utilizadas en la actualidad son:
En España, todas las insulinas son prescribibles por Seguridad Social.
En lo referente a los equipos de aplicación, las jeringuillas y agujas no pueden dispensarse a través de farmacias pero se distribuyen gratuitamente en centros de atención primaria y ambulatoria.
Como regla general la Seguridad Social no reembolsa bombas de insulina ni equipos de inyección tipo estilográfica. Algunas áreas de salud pueden hacerlo ocasionalmente, dependiendo de su disponibilidad presupuestaria. Las agujas de los equipos se pueden conseguir gratuitamente en centros de atención primaria.
Los equipos de inyección en forma de jeringa precargada se consideran especialidades farmacéuticas y son prescribibles como tales. Las agujas adicionales se distribuyen gratuitamente en centros de atención primaria.
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