Cuando existe una incontinencia urinaria se producen pequeñas fugas de orina al realizar cualquier movimiento abdominal, por ejemplo al toser, estornudar, reír, saltar, cargar pesos o hacer ejercicio.
Por ello estas actividades se convierten en tareas bastante difíciles y problemáticas para las personas afectadas.
Las pérdidas involuntarias de orina pueden afectar casi al 40% de las mujeres, en su gran mayoría de más de 45 años, pero ocurre en más jóvenes también.
La causa más habitual es la debilidad del suelo pélvico que es el conjunto de músculos y tendones que cierran la cavidad abdominal por su parte inferior a la vez que sujetan y mantienen en su posición normal la vejiga, el útero y el recto.
Cuando por alguna causa estos músculos se debilitan (cirugía abdominales, partos, etc.), los órganos de esta zona se ven afectados y por ello uno de los problemas más frecuentes es la incontinencia urinaria de esfuerzo.
Los músculos pélvicos no suelen ejercitarse habitualmente, incluso en deportistas, luego es una zona que fácilmente entra en una debilidad con la edad. En unas personas se debilitan más que en otras, entre las causas pueden estar los embarazos y partos, las cirugías de la zona, la edad, la menopausia, hay una tendencia hereditaria, la obesidad o el estreñimiento crónico.
Pero de entre todas ellas el embarazo y parto son los causantes más habituales de este problema, sobre todo por la dilatación que se produce en esta zona muscular más débil que otras.
Las mujeres tras el parto tienden a hacer ejercicio, sobre todo abdominales , para bajar de peso tras el parto y la zona abdominal pélvica (inferior) sufre esta presión sin estar preparada , luego deben de retrasarse este tipo de ejercicios tras el parto. Por otro lado como es un tema bastante íntimo se oculta y no se consulta hasta pasados años con lo que el problema empeora y retrasa su posible solución.
Para tratar la incontinencia urinaria se debe hacer una rehabilitación y fortalecimiento de los músculos de la pelvis y si no es suficiente se trata con cirugía.
Principalmente se realiza mediante los ejercicios de Kegel:
Con estos ejercicios se pretende evitar la caída de estos dispositivos permitiendo demostrar a la paciente qué músculos contrae en cada momento y con qué intensidad.
Cuando no es suficiente con la rehabilitación, en un 30% de los casos, se recurre a la cirugía para acortar y tensar más los músculos afectados. Se realiza con técnicas mínimamente invasivas y con buen pronóstico.
Por supuesto tras la cirugía se precisa de nuevo la rehabilitación con los ejercicios de Kegel y, en ocasiones añadir temporalmente alguna medicación.