La incontinencia fecal es la incapacidad para controlar de forma voluntaria la defecación. Se produce, por tanto, un paso involuntario de gases o heces a través del ano.
Puede afectar de manera muy variable desde la fuga ocasional de gases hasta la pérdida completa del control intestinal.
Para algunas personas, la incontinencia fecal es un problema relativamente menor, que se limita a una ligera suciedad ocasional de la ropa interior, pero para otras personas implica una pérdida considerable de control intestinal y tiene un efecto devastador en la calidad de vida y el bienestar psicológico.
La incontinencia fecal puede ocurrir a cualquier edad, pero es más común entre las personas mayores de 65 años, que a veces también presentan incontinencia urinaria.
Aproximadamente el 2% de los adultos experimentan incontinencia fecal al menos una vez a la semana, mientras que para adultos sanos mayores de 65 años la cifra es de aproximadamente del 7%.
Tiene mayor incidencia en mujeres que en hombres.
Se clasifican tres tipos de incontinencia fecal:
La incontinencia fecal puede ser causada por una multitud de factores entre los que se incluyen:
Las evaluaciones médicas en casos de incontinencia fecal generalmente implican tres pasos:
La incontinencia fecal que tiene un origen conocido, como la debida a neuropatía diabética, pueden solucionarse si se trata la causa subyacente.
Cuando no se conoce la causa, el enfoque más habitual es hacer que el paciente use un supositorio o une enema para estimular la defecación a la misma hora todos los días. El objetivo es restaurar los hábitos intestinales regulares y mantener los intestinos libres de heces.
También existen técnicas de aprendizaje y rehabilitación como el biofeedback ano rectal. Es un método que intenta lograr un control sobre los esfínteres y la musculatura asociada usando diversos instrumentos eléctricos o de presión.
Los medicamentos, como la loperamida, el fosfato de codeína y el difexilato/sulfato de atropina pueden ser efectivos para detener la incontinencia, pero solo en casos menos graves que involucran heces líquidas o urgencia.
Otros medicamentos que se utilizan son la colestiramina que se une a las sales biliares y la amitriptilina con efectos anticolinérgicos.
Los cambios en la dieta y los ejercicios realizados en casa para fortalecer los músculos anales también pueden ayudar.
El daño del esfínter causado por el parto a menudo se trata eficazmente con cirugía.
La incontinencia fecal es un problema que generalmente responde bien al tratamiento médico incluso entre pacientes ancianos. Si no se puede restablecer el control intestinal completo, el impacto de la incontinencia en la vida cotidiana puede reducirse considerablemente en la mayoría de los casos.
Cuando la incontinencia no se resuelve a pesar del tratamiento médico, la ropa interior desechable y otros productos comerciales para la incontinencia puede ser de gran ayuda.
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