El tapón del oído se describe cuando la cera del conducto auditivo externo bloquea el conducto totalmente y produce una falta de audición.
El cerumen está producido por unas glándulas secretoras de cera situadas en el conducto auditivo. Esta cera con los pelos situados en el conducto es un mecanismo de defensa antes cuerpos extraños, insectos etc.. para que el tímpano no sufra agresiones externas.
Normalmente esta cera se va produciendo a la vez que va saliendo hacia el exterior y es eliminada con la higiene normal.
Cuando por un exceso de producción de cera, por un conducto auditivo estrecho, por una higiene inadecuada o por el uso de auriculares o fonendoscopios, esta cera queda acumulada y se seca, se produce el tapón de oído, siendo una de las causas más frecuentes de pérdida de audición en la vida.
El tapón de cera produce lo más típico que es:
El tapón se diagnostica mediante un otoscopio, con el que el médico verá perfectamente el tapón de cera que cierra el conducto auditivo y no deja ver el tímpano.
Lo mejor es acudir a un especialista ORL (Otorrinolaringólogo) habiendo ablandado el tapón los 3 ó 4 días previos el tapón mediante aceite normal, glicerina o gotas comerciales.
El especialista, mediante una jeringa de agua a temperatura corporal, realizará unas instilaciones en el oído habiendo enderezado el canal auditivo tirando suavemente hacia arriba de la parte externa de la oreja. Dirigirá la jeringa suavemente con un pequeño chorro de agua contra la pared del canal auditivo cercana a la obstrucción por cerumen. Luego inclinará la cabeza para que drene el agua. Repetirá esta operación varias veces para comprobar mediante el otoscopio que el tapón está totalmente fuera y el conducto auditivo liberado con el tímpano intacto.
Después de extraer la cera, el oído se debe secar completamente, y se pueden verter en él unas pocas gotas de alcohol boricado que favorece la salida del agua acumulada.
En algunas ocasiones, el tapón es muy duro y resistente y por ello se debe utilizar visualización microscópica para retirar la cera mediante unas pinzas adecuadas.