Mantener la salud en Navidad es más complicado de lo habitual, ya que esta es una época del año en la que las comidas se multiplican, ya sean familiares, con amigos o de trabajo. En este sentido, es normal acudir a grandes banquetes, descuidar la dieta, tomar más alcohol del habitual, dulces...
De este modo, los excesos navideños provocan afecciones en nuestro organismo, como un aumento de peso, de la presión arterial, de los niveles de colesterol o de los triglicéridos.
De ellos, los más comunes son la acidez de estómago, que puede extenderse desde el cuello hasta el abdomen; gases intestinales, flatulencias que pueden ser expulsadas a través del ano, o por la boca, en forma de eructos; o la resaca, a causa de la ingesta excesiva de alcohol.