¿Qué es el empacho?
Empacho es un término popular utilizado en muchos países de Latinoamérica y algunas regiones de España para describir una variedad de síntomas que más o menos se puede definir como una indigestión producida por una comida excesiva o pesada que las personas suelen tratar por su cuenta en lugar de acudir al médico.
Es raro que un médico utilice el término por sus connotaciones mágicas y religiosas, pero eso no quiere decir que la alteración de la salud no ocurra.
El empacho se debe a la dificultad de digerir ciertos alimentos ricos en grasas o con muchas calorías, comidas que se consumen en exceso o aquellas que no son aptas para el consumo.
En general, se puede considerar como una presentación leve del cuadro más general conocido como dispepsia, aunque suele ser temporal y no presentar ninguna complicación, se sana normalmente sin tratamiento y la persona identifica con claridad cuál pudo ser la causa.
¿Qué síntomas se relacionan con el empacho?
Cuando una persona tiene un empacho presenta unos síntomas característicos que pueden ser:
- Pesadez y dolor de estómago
- Lengua seca
- Falta de ganas de comer
- Estreñimiento o diarrea
- Vómitos
- Acidez de estómago
- Gases intestinales
- Distensión del abdomen
- Cansancio, debilidad
- Dolor de cabeza y dolor de piernas
¿Cuál es la causa que lo provoca?
Las causas más comunes del empacho son:
- Comer alimentos grasos, frituras, carnes.
- Comer alimentos a los que no se está acostumbrado.
- Comer sin un ritmo normal, demasiado rápido o demasiado lento.
- Tomar café.
- Fumar.
- Consumir alcohol.
- Estrés o ansiedad.
- Estar tomando antibióticos o analgésicos.
- Consumir alimentos en mal estado o agua no potable.
El comer en movimiento, con la televisión puesta, leyendo el periódico o con música a alto volumen también puede producir el problema debido a la falta de masticación adecuada y probablemente a la posición inapropiada al comer.
Como ocurre con la dispepsia, estos síntomas pueden ser consecuencia de una digestión lenta propia de la persona o una sensibilidad exagerada a cierto tipo de alimentos, a sustancias como el alcohol o algunos medicamentos o al estrés emocional.
Sin embargo, a veces puede ser la manifestación inicial de una enfermedad de base que puede ser digestiva, hepática, pancreática o incluso cardiaca o pulmonar.
Por ello, si los síntomas se repiten con frecuencia a pesar de los cambios en la dieta y el estilo de vida, es necesario consultar al médico.
¿Cómo puede prevenirse?
Las medidas preventivas recomendadas son:
- Evitar alimentos grasos en exceso, muy condimentaos, bebidas con gas, cafeína y alcohol.
- Evitar otros alimentos que producen acidez de estómago como el chocolate, las cebollas y el tomate.
- Evitar grandes cantidades de comida.
- Procurar masticar despacio y totalmente la comida.
- Dedicar un tiempo amplio y un lugar tranquilo para comer con calma.
- Evitar aumentar todas las actividades que favorecen el tragar aire, como son fumar, masticar chicle, comer rápido, o las bebidas gaseosas.
- No se debe acostar antes de tres horas de haber comido o cenado.
- Controlar el estrés emocional.
- Dormir adecuadamente.
- Hacer ejercicio.
- Manejo adecuado de alimentos con lavado de los mismos, correcto lavado de manos y conservación de la comida a temperaturas adecuadas. Tomar agua potable.
¿Cuál es el tratamiento recomendado?
Si los síntomas se presentan en niños o personas con las defensas naturales bajas es mejor consultar al médico, pues hay mayor riesgo de complicaciones, deshidratación y riesgo para la vida o se puede pasar por alto un diagnóstico grave como una apendicitis, por ejemplo.
Para los demás, se puede recomendar:
- Medidas caseras:
- Zumo de limón en agua tibia tres veces al día.
- Agua de soda varias veces al día.
- Infusión de semillas de anís o manzanilla.
- Antiácidos solo bajo recomendación médica.
- Favorecedores de la motilidad intestinal con indicación médica solo si los síntomas constituyen ya una dispepsia establecida.
- Las medidas preventivas ya comentadas son las que deben predominar, antes que la toma de medicamentos.
- Las medidas de la medicina tradicional, por supuesto no están bien estudiadas ni se conoce cómo operan, pero a muchas personas les funcionan y no les producen efectos secundarios.
Es importante entender que existe una amplia variedad de tratamientos homeopáticos o naturistas que las personas se autoformulan, pero que no deben ser consumidos sino bajo guía de un especialista en la materia, pues no están exentos de posibles efectos negativos, aunque sean productos naturales.
Dr. Ignacio Antépara Ercoreca
Especialista en Alergología por la Universidad de Navarra y licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco.
Autor originalDra. Yolanda Patricia Gómez González
Especialista en Medicina general y licenciada en medicina por la universidad nacional de Colombia.
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