El antígeno prostático específico (PSA, por sus siglas en inglés) está presente en concentraciones bajas en la sangre de todos los varones adultos. Es producido tanto por las células normales de la próstata como por
prostatitis (inflamación de la próstata), hiperplasia prostática benigna (BPH, por sus siglas en inglés), o con un crecimiento maligno (cáncer) en la próstata.
Aún cuando el antígeno prostático específico no permite distinguir entre las enfermedades benignas de la próstata (muy comunes en los hombres mayores de edad) y el cáncer, un nivel de antígeno prostático específico elevado puede indicar que son necesarias otras pruebas para determinar si el cáncer está presente.
Los médicos generalmente buscan una tendencia, la cual se define como un aumento regular en los niveles del antígeno prostático específico obtenidas en pruebas realizadas en un lapso de tiempo, en vez de concentrarse en el resultado elevado de una sola prueba.
Un valor del PSA mayor de 10 ng/ml es sugestivo de neoplasia, y entre 4 y 10 puede deberse a cáncer o a HBP. Por ello, se han desarrollado fórmulas para intentar mejorar la eficacia de esta prueba, como es el cociente PSA libre/PSA total, que es menor en pacientes con cáncer que con HBP, con un punto de corte entre 0,15 y 0,25 (valores menores tienen más probabilidad de cáncer).
El PSA también depende de la edad, aumentando con el avance de ella, por lo que los límites normales varían con ésta. Sin embargo, un aumento de PSA equivalente a 0.75 ng/ml o más, en un periodo anual debe ser investigado por ser sugerente de
cáncer de próstata.
Con los valores que usted indica, se suele hacer una
ecografía y un seguimiento periódico, y si hay dudas, la realización de una
biopsia suele aclarar el problema.
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Valores de PSA