El polen es el nombre genérico que se otorga al conjunto de granos con funciones reproductivas contenidos en las anteras de las flores.
Este polvo fino es liberado por las plantas a la atmósfera en la época de la polinización con el objetivo de alcanzar otras plantas y poder completar el proceso de germinación.
Algunas personas desarrollan alergia al polen de determinadas especies. La intensidad de la alergia suele depender de la predisposición genética del individuo y de la cantidad de polen presente en el ambiente.
Al llegar la primavera algunas personas (más del 10% de la población en España) comienzan a notar, con más o menos intensidad, los siguientes síntomas:
Cuando aparecen estos síntomas, algunos o todos, y se relacionan con días soleados, con viento y empeoran al salir a la calle o al campo podemos deducir que una persona está sufriendo de una alergia al polen.
La alergia al polen se llama también polinosis o fiebre de heno. Los síntomas aparecen al contactar las mucosas con los pólenes de las plantas anemófilas (que polinizan por el viento).
La alergia al polen es más frecuente en personas jóvenes. Aparece en la infancia cada vez con más frecuencia aunque lo normal es que aparezca en la adolescencia y tiende a mejorar a partir de los 50 años.
Para que una persona sea alérgica al polen debe de tener una respuesta inmunitaria de inmunoglobulinas IgE en su sangre y en la superficie de las células efectoras (mastocitos y basófilos).
Estas células con la IgE en su superficie se encuentran circulando por la sangre o en la estructura de las mucosas (conjuntiva, mucosa nasal, mucosa bronquial, etc.). Al contacto con los pólenes del aire las IgE forman unos puentes que destruyen la membrana de las células efectoras liberándose diversos mediadores.
El principal mediador es la histamina (similar al mediador que producen las ortigas), que produce picor y salida de líquidos de los vasos sanguíneos a las mucosas y por ello se produce la hinchazón de las mismas.
Las personas que producen IgE contra los pólenes son un grupo especial que en general se les llama atópicos. Suele ser una tendencia familiar y por ello es frecuente encontrar en las familias a varios miembros con iguales síntomas.
Los pólenes que más alergia dan son los de las hierbas vulgares (gramíneas), que en España florecen desde abril tardío hasta julio. El mes de más intensidad es mayo. En estas épocas en el Sur de España el polen de olivo puede producir también alergia.
La alergia más adelantada en España (de febrero y marzo) se debe a pólenes de árboles (cupresus arizonica, pinos, abedules, plátanos, etc.). Si los síntomas son más persistentes puede ser por causa del polen de Parietaria que florece hasta Octubre inclusive. Este polen se da más en la costa Mediterránea y en la Cantábrica.
Existen algunas webs donde se pueden ver los niveles ambientales de pólenes en los diferentes países: