
¿En qué consiste el test de diagnóstico rápido de amigdalitis?
La mayor parte de los casos de amigdalitis están causados por virus, lo que hace que no precisen tratamiento de un antibiótico. Los antibióticos no son efectivos contra los virus, sólo contra las bacterias, y solamente se recomienda un tratamiento sintomático con líquidos y antipiréticos para la amigdalitis viral.
El problema radica en que los cuadros producidos por los virus son muy similares en su clínica a los producidos por las bacterias, lo que en la práctica significa que es difícil diferenciarlos sólo por los síntomas y signos a la exploración.
Esto lleva a que el miedo a que el cuadro sea producido por una bacteria hace que muchas familias presionen a los médicos de cabecera y pediatras para que se recete antibiótico a los enfermos, lo que aumenta el riesgo de que otros gérmenes desarrollen resistencia a los antibióticos.
La bacteria más temible que puede estar presente en estos cuadros es el estreptococo betahemolítico del grupo A, que es el responsable de infecciones más severas.
Por suerte, existe un test de diagnóstico rápido que permite un diagnóstico temprano de las infecciones por estreptococos de una forma fácil y segura.
Si el test es negativo asegura, con una fiabilidad cercana al 98%, que el cuadro no está producido por un estreptococo, lo que evita tener que administrar antibióticos innecesariamente.
La prueba se realiza recogiendo una muestra del exudado presente en las amígdalas o zona posterior de la faringe, mediante una torunda (una bola de algodón envuelta en gasa esterilizada, que se coloca en el extremo de un palito) con la que se frota esa zona, y posteriormente se introduce en una solución preparada para el test. Una vez mezclado la torunda con la solución, se introduce una tira de medición que lee los resultados en pocos minutos (de 1 a 5 minutos).
La facilidad de este test es que se puede realizar en la propia consulta del pediatra o del médico de cabecera sin necesidad de un aparato sofisticado, y que es una prueba indolora.
El test puede dar un falso negativo, si se ha tomado tratamiento antibiótico previamente. También debe tenerse cuidado de que la muestra no se contamine por contacto con otras zonas de la boca al retirar la torunda (por ejemplo, los dientes).
De la misma forma no debería realizarse en enfermos que no presenten datos clínicos que puedan orientar hacia faringitis o amigdalitis por estreptococos.
Los datos clínicos que orientan (aunque ya hemos dicho que no son seguros al 100%) a la presencia de esta bacteria son:
- Fiebre elevada.
- Ausencia de tos (orientaría más al típico catarro por una infección vírica de vías aéreas superiores).
- Comienzo brusco.
- Dolor intenso.
- Otros síntomas como dolor de cabeza, dolor abdominal, vómitos.
- Ganglios en el cuello de más de 1 cm de diámetro o muy dolorosos.
- Exudado blanquecino en las amígdalas o en la faringe a la exploración.
También se podría solicitar esta prueba cuando hay una persona en contacto directo que ha sido diagnosticada con la infección por estreptococo betahemolítico del grupo A o cuando hay signos de fiebre reumática u otra complicación grave de esta bacteria. La confirmación de la infección se realiza, de todas maneras, con un cultivo.



Dr. Ignacio Antépara Ercoreca
Especialista en Alergología por la Universidad de Navarra y licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco.
Autor originalDra. Yolanda Patricia Gómez González
Especialista en Medicina general y licenciada en medicina por la universidad nacional de Colombia.
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