La enfermedad celíaca (esprúe no tropical o enteropatía por gluten) es un trastorno crónico de malabsorción intestinal causado por la intolerancia al gluten (una proteína que se encuentra en el trigo y el centeno, sobre todo), y en cuyo control es imprescindible evitar los siguientes alimentos:
Harinas de alforfón, maíz, harina de maíz, maíz en mazorca sin cáscara, arroz, fideos de arroz, harina de arroz, semilla de sésamo, harina de sorgo, harina de castaña, harina de tapioca, harina de guisante, etc.
Los enfermos afectados de enfermedad celíaca pueden comer de todo (aparte de lo referido) sin más riesgos de desarrollar diarrea que la población general: Grasas y aceites de cocina, leche, mantequilla, queso, el yogur (excepto con el sabor a cereal), frutas, plátano, guisantes, judías, lentejas, vegetales, patata, pescado y carne, condimentos, frutos secos
Los cereales de desayuno exclusivamente a base de maíz ("corn flakes" o copos de maíz) y/o arroz no representan ningún problema.
En períodos activos de la enfermedad, el pediatra puede indicar que se limite también la ingesta de lácteos, para no agravar el problema con la intolerancia a la lactosa pasajera que suele asociarse a los estados de diarrea aguda.