La displasia congénita de la cadera o displasia del desarrollo de la cadera (DDC) es la dislocación, subluxación o luxación de la cadera al nacer o en los primeros meses de vida.
La displasia de la cadera DDC tiene causas multifactoriales y se observa con mayor frecuencia en:
La incidencia de caderas luxadas / luxables es de aproximadamente 1:1.000, y la de la cadera subluxable es de alrededor de 1:100.
En el recién nacido, las maniobras de Barlow y Ortolani son las más fiables para el diagnóstico y deben formar parte de toda exploración correcta del lactante sano.
Se examina al lactante relajado y en decúbito supino (tumbado boca arriba), situando una de las manos del explorador de forma que estabilice la pelvis. La otra mano sujeta la cadera que se debe explorar con el pulgar en la ingle y el índice o el dedo corazón sobre el trocánter mayor (el saliente más prominente del fémur por detrás).
En las caderas subluxables se puede sentir un movimiento extra, pero que no constituye una reducción o luxación claras. En el niño de 2-3 meses de edad la tensión muscular puede enmascarar la luxación o la reducción.
A medida que el niño comienza a andar, los signos clínicos son más sutiles, aunque a veces son evidentes los pliegues del muslo asimétricos o incluso una rodilla más baja que la otra (signo de Galleazzi positivo).
Por desgracia, estas exploraciones clínicas no consiguen identificar a todos los recién nacidos con DDC, en parte porque algunos casos se pasan por alto en la exploración inicial y también porque algunos niños desarrollan la inestabilidad más adelante.
Las radiografías son difíciles de interpretar hasta que la cabeza femoral comienza a osificarse a los 3-6 meses de edad.
Durante la ecografía dinámica para evaluar la cadera se utiliza una maniobra de Barlow modificada que aumenta la precisión diagnóstica en los niños con inestabilidad de la cadera.
En el recién nacido, la inestabilidad o luxación de la cadera puede tratarse con una correa de tipo Pavlik que tiene éxito en el 85-90 % de los lactantes de hasta 6-8 meses de edad. Esta correa mantiene las caderas del lactante en flexión y abducción, dirigiendo la cabeza femoral hacia el interior del acetábulo (su cavidad en la pelvis en desarrollo). La mayoría de las caderas se estabilizan al cabo de 2-3 meses.
Las caderas luxadas y diagnosticadas a los 6-18 meses de edad requieren una reducción quirúrgica (cerrada o abierta) bajo anestesia, seguida de inmovilización con un yeso en espica.