La fractura del quinto metatarsiano es la rotura del hueso situado en la cara lateral del pie que conecta el dedo pequeño con el tobillo.
Las fracturas del quinto metatarsiano son muy comunes. Más del 50% de las fracturas de la zona del metatarso ocurren en este hueso. El metatarso es la región del pie que conecta los dedos de los pies con el tobillo formada por los cinco huesos metatarsianos y sus articulaciones.
El 5º hueso metatarsiano consta de varias zonas: base, tuberosidad, diáfisis, cuello y cabeza siendo la cabeza la más cercana al dedo del pie. La gran mayoría de las fracturas son en la base del hueso.
Existen un caso concreto de fracturas situadas a entre 1,5 y 1,8 cm de la base, en la zona de la diáfisis a las que se les denomina fractura de Jones y que suelen requerir intervención quirúrgica.
Las fracturas del quinto metatarsiano suelen ocurrir principalmente por los siguientes motivos:
Cuando se produce la rotura del quinto metatarsiano aparecen principalmente los siguientes síntomas:
Para confirmar la lesión y observar la rotura lo más conveniente es realizar radiografías del pie. Para mayor precisión o en caso de duda se puede usar la tomografía computerizada o la resonancia magnética nuclear.
El tratamiento depende mucho de la localización donde se produce la rotura.
Aquellas fracturas que se encuentran cerca de la tuberosidad o la base suelen mejorar con tratamiento conservador. Se requiere inmovilización mediante yeso o una bota tipo Walker durante 4 a 6 semanas.
La aplicación de hielo, la elevación de la extremidad o la toma de paracetamol o antinflamatorios pueden reducir los síntomas.
En la fractura de Jones y otras fracturas en zonas de poca vascularización es aconsejable operar y colocar una placa de acero inoxidable o un tornillo canulado de titanio. El tratamiento conservador puede ser una opción, pero en un elevado porcentaje de estas lesiones el hueso no consigue soldar adecuadamente.
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